No Dualidad



Al conocer lo bello como bello
todos conocen la fealdad en el mundo.

Todos saben que el bien es el bien
y entonces conocen el mal.

Así es como:

Ser y no-ser se engendran uno a otro.

Lo difícil y lo fácil mutuamente se integran.

Ancho y angosto se forjan uno a otro.

Voz y tono se armonizan uno a otro.

Por eso el hombre sabio
encausa los asuntos sin actuar.

Enseña estando callado.

No se opone a los seres que nacen
ni se apodera de sus vidas.

Nunca se queda en la obra cumplida.

Por no permanecer en ella,
no hay quien se la pueda arrebatar.

Tao Te King.



Las dualidades, bello-feo, etc. son concebidas por Lao Tse como correlativas, no aislables y como dos polaridades que emanan de una misma unidad. Parecen opuestos pero no lo son, son correlativos e interdependientes, como en la fisica tenemos los conceptos de partícula-onda, materia-energía..etc

La idea del no-ser, no debe entenderse aquí en el sentido metafísico de "más allá del ser" como se usa corrientemente en oriente, sino lo opuesto al ser, en el sentido de cesar de ser.

El universo situado en la bipolaridad de las dos fuerzas Yin y Yang "encausa los asuntos sin actuar" o sea practica el Wei-Wu-Wei (hacer no haciendo).

"Enseñar estando callado“ significa, entre otras cosas, la superioridad del silencio sobre la formalidad del lenguaje.

El sabio conoce las leyes cósmicas y al no inmiscuirse en las cosas escapa al ritmo cíclico, no "entra en la corriente" y evita la decadencia (representada en el cosmos por la declinación de los astros).

La alusión a la voz y tono se refiere a la lengua china hablada, porque a distintos ideogramas corresponde muchas veces un monosílabo de la misma pronunciación, y entonces los "tonos" más graves o más agudos resultan indispensables para identificar la palabra.

El zen abandona el dualismo, incluye la dualidad y va más allá... "Hay que superar el marco dualista del espíritu, sumergir las raíces en la conciencia Hishiryo (inconsciente) de zazen." 

(Sin Jin Mei)


Humanizar

Goya: Los fusilamientos del 3 de Mayo de 1808.

A veces parece que el tiempo no pasa; que todo se repite una y otra vez, que no aprendemos nada; que no sabemos cómo somos, ni dónde tenemos los pies.

A veces parece que actuamos como si los demás no fueran humanos; como si no pudieran sufrir; como si su dolor no fuera como el nuestro; como si sus vidas valiesen menos que las nuestras o tal vez nada.

Empatiza, observa, reflexiona, aprende, educa, crea, comparte… atrévete a asumir la valentía de propagar el entendimiento.

Humanizar impide el odio. Conocer a tu adversario le convierte en tu igual… y si el conocimiento llega a ser recíproco, entonces seriéis hermanos.

El 3 de Mayo

Todas las fotos del holocausto son terribles por el grado de crueldad y de sadismo pero esta particularmente simboliza para mi la barbarie alemana en su máxima dimensión. La madre en un acto instintivo trata de proteger a su hijo de la ráfaga de balas en el último instante de su vida. El grado de sadismo de los soldados y oficiales menores superaba el alcance de las ordenes superiores desvirtuando la teoría de que actuaban bajo presión o amenazas. Cabe preguntarse qué clase de adoctrinamiento pudo llevar a este verdugo a semejante bajeza.





La Chakana o cruz del sur


La chakana, «cruz andina» o «cruz cuadrada», es un símbolo milenario originario de los pueblos indígenas de los Andes centrales en los territorios donde se desarrollaron tanto la cultura inca (Sur de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina) como algunas culturas preíncas (Perú).

La chakana posee una antigüedad mayor de 4 mil años, según el arquitecto Carlos Milla, autor del libro Génesis de la Cultura Andina. Hoy en día, la cultura aimara sigue reproduciendo el gráfico de la chakana en sus telas. Igualmente, los aimara aún conservan el calendario lunar de 13 meses con 28 días cada mes, empleado por los antepasados: 13 por 28 sale 364, el día 365 era considerado el día cero, algo así como una especie del inicial del año nuevo andino. Ese día es el 3 de mayo, que es cuando la Cruz del Sur adquiere la forma astronómica (geométrica) de una cruz latina perfecta.




La "chakana" o cruz andina es un símbolo recurrente en las culturas originarias de los Andes y posteriormente en los territorios del Imperio inca del Tawantinsuyo. Su forma es la de una cruz cuadrada y escalonada, con doce puntas.

El símbolo en sí, es una referencia al Sol y la Cruz del Sur, aunque su forma, que sugiere una pirámide con escaleras a los cuatro costados y centro circular, poseería también un significado más elevado, en el sentido de señalar la unión entre lo bajo y lo alto, la tierra y el sol, el hombre y lo superior. Chakana pues, se comprende ya no sólo como un concepto arquitectónico o geométrico, sino que toma el significado de "escalera hacia lo más elevado".

Se han encontrado chakanas en diversas obras de arquitectura, petroglifos, tejidos, cerámicas y esculturas en Paracas, en el departamento de Ica, en Chavín al norte peruano e incluso en Tiahuanaco, en el altiplano de Bolivia. Se han encontrado también chakanas en Ecuador, Argentina y Chile, pues fueron parte del Imperio inca.
De hecho, un templo del Arcaico Tardío en el norte peruano, en el Complejo Arqueológico de Ventarrón, distrito de Pomalca, en Lambayeque posee la forma de chakana más antigua encontrada hasta hoy. El templo tiene una antigüedad aún no exactamente determinada, pero que sería de entre 4000 a 5000 años.


De hecho, la chakana no es una forma encontrada al azar, sino que se trata de una forma geométrica resultante de la observación astronómica. Los antiguos hombres "llevaron el cielo a la tierra" y lo representaron con este símbolo que encierra componentes contrapuestos que explican una visión del universo, siendo de esta manera representados lo masculino y lo femenino, el cielo y la tierra, el arriba y el abajo, energía y materia, tiempo y espacio. La forma de la chakana encierra en su geometría el concepto de Número Pi y el número real veintisiete[cita requerida].

Muchas de las formas típicas utilizadas por artesanos andinos encierran las relaciones geométricas marcadas por la chakana.

La elección de la cifra de suyos ('costado' en quechua) o regiones del Imperio, así como la definición dual de Hanan y Hurin ( Por ejemplo en Hanan Cuzco y Hurin Cuzco) estarían también basadas en las observaciones astronómicas simbolizadas en la chacana, estos cálculos fueron usados también como base para el diseño arquitectónico y de caminos.

El Qhapaq Ñan, o “El camino del señor” un gran sistema de comunicación, conformado por caminos pedestres instalados en distintos tramos del imperio, los cuales facilitaban a los chasquis, mensajeros del inca, el acceso a los puntos más distantes del Chinchaysuyo, Collasuyo, Contisuyo y Antisuyo. Durante el auge del imperio incaico, este camino se extendía por Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, convirtiéndose en la columna espinal de todo el Tahuantinsuyo. Los tramos de la ruta alcanzaban los 20 metros de ancho y, en ciertos puntos, se alzaban por encima de los 4,000 m.s.n.m. Las seis naciones por cuyo territorio pasa el camino vienen realizando esfuerzos conjuntos para lograr que el Qhapaq Ñan sea reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad. La ruta chasqui es un atractivo turístico importante en la región andina.




El Qhapaq Ñan, Camino del Inca o Camino del Señor, eje central del sistema vial del Imperio Inca, es consistente también con la geometría de la chakana. Este camino marca una línea que atraviesa diversas ciudades del imperio incaico como Cajamarca, Cuzco, Tiahuanaco, Oruo y Potosí. Esta línea puede ser calculada tomando como centro a la ciudad del Cuzco, ombligo del mundo, según la concepción inca.

La chakana indica también las cuatro estaciones del año y los tiempos de siembra y cosecha. Algunos pueblos andinos celebran el día 3 de mayo como el día de la chakana, porque en este día, la Cruz del Sur asume la forma astronómica de una cruz perfecta y es señal del tiempo de cosecha. 

La cruz del sur era venerada por antiguos habitantes del Perú y, hasta hoy se mantiene la tradición de proteger los cultivos marcando el área cultivada con diversas chakanas. Este símbolo no tiene nada que ver con la cruz cristiana.
También es el símbolo de inkarri.





Viaje al interior de uno mismo


El zen es un viaje, 
que dura toda la vida. 
El destino, es uno mismo.
Encontrar nuestra esencia, 
nuestra verdadera naturaleza.


Del pasado se aprende


Mucha gente queda como zombies viviendo en el recuerdo, autoengañándose con una ilusión de cambiar lo vivido, de negar esa realidad, como esperando que vuelva el pasado a hacerse una realidad que nunca existió. 

Claro que eso vivido ya pasó. No es algo que jamás pasó y que desean crearlo en su futura realidad, sino algo que ya ha muerto y ha renacido, pero esta vez como un aprendizaje que la mayoría ha ignorado... Del pasado se aprende.




Un acto vale más que mil palabras



"Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas."
Woody Allen

En la imagen, un perro de salvamento, el Terranova, esta raza posee cualidades innatas para el salvamento en agua. También los leones marinos de la Patagonia han sido utilizados con éxito en operaciones de rescate de personas en el mar, ya que pueden trabajar en condiciones de mala mar, pero también para iniciativas de recuperaciones de tesoros sumergidos, salvamento marítimo y búsqueda de cadáveres entre otras cosas.

 Desde Zaragoza zen queremos expresar nuestro mas profundo respeto y admiración a todos esos seres que sin palabras hacen de nuestro mundo un lugar mejor con sus actos.



El arte de acumular datos.




Personalmente no considero que la ignorancia se caracterice por no recordar todas las obras de Cervantes, o desconocer quién es Klimt. De la misma manera, no saber jugar al fútbol o patinar, no tiene por qué importarnos. Quien se considera particularmente sabio por memorizar cuántos pares de cromosomas tiene el ADN humano o por saber exactamente en qué año pintó la capilla Sixtina Miguel Ángel, yerra.

Está claro que nadie comparte los mismos gustos. Algunos disfrutarán mucho más leyendo libros de historia y visitando museos, pero por el contrario otros encontrarán su felicidad en un estadio de fútbol. De hecho muchos conjugan esas actividades en su tiempo libre.

Mi experiencia me demuestra que incluso la prepotencia y soberbia suelen instalarse con mayor asiduidad en los grandes amantes del “saber”, por incongruente que parezca. ¿Es esa la verdadera sabiduría?


Si nos ceñimos a su significado teórico, la sabiduría sería algo así como la capacidad para obrar adecuadamente en base a una memoria forjada a largo plazo, una especie de sentido común a lo grande.

¿De verdad cultivaríamos nuestro sentido común si solo nos limitáramos a leer libros? Contar con una gran base de datos de poco sirve, si no descubrimos la importancia de saber decir un no, de ayudar a un amigo, de arriesgarse por un sueño, de superar una pérdida, de aprender a ser uno mismo.

Cuando las personas son jóvenes (no en edad cronológica, sino en mentalidad), tienden a rechazar infinidad de caminos: por desidia, dificultad, miedo o simple vanidad... Para mí, la verdadera sabiduría reside, principalmente, en aprender a aprovechar y disfrutar de todo nuestro entorno y de las posibilidades que este nos ofrece.

Nunca os creáis menos válidos por desconocer algo, ni penséis que sois más capaces por ser expertos en una pequeña parcela del conocimiento. Jamás es condenable el no saber, sino la voluntad de no querer aprender.





Cuando se comienza a meditar...



Cuando se comienza a meditar, todo parece aburrido, nos surgen dolores en todas las articulaciones, aparece una  gran irritación, y malestar. Además pensamos podría estar haciendo cualquier otra cosa útil. 
Hay que tener paciencia. Sentarse aquí y ahora, tranquilamente y observar. Verás como algo precioso está naciendo en ti...




Pelicula recomendada: El valiente corazón de Irena Sendler



La historia de Irena Sendler está repleta de heroísmo con proporciones casi míticas. Sin embargo, fue extraviada entre los pliegues del tiempo durante más de medio siglo. Desconocida y oculta de manera inexplicable para la mayoría de la gente, como un tesoro antiguo esperando a ser descubierto. Pero las luces de Hollywood se propusieron que todo el mundo conociera la vida de esta trabajadora social polaca, que durante la ocupación alemana de su país salvó la vida de 2.500 niños judíos, sacándolos a escondidas del gueto de Varsovia frente a las mismísimas narices de las tropas nazis.

Si tomamos como referencia La lista de Schindler, donde Steven Spielberg contó la vida de Oscar Schindler, el industrial alemán que evitó la muerte de 1.000 judíos en los campos de concentración, el éxito de la producción cinematográfica parece asegurado. El filme de Spielberg, aclamado por la crítica, consiguió siete Oscar en 1993.

Mientras la figura de Oscar Schindler era aclamada por medio mundo, Irena Sendler seguía siendo una heroína desconocida fuera de Polonia y apenas reconocida en su país por algunos historiadores, ya que los años de oscurantismo comunista habían borrado su hazaña de los libros de historia oficiales. «Además, ella nunca contó a nadie nada de su vida durante la II Guerra Mundial, era muy discreta y se limitaba a hacer su trabajo y a ayudar a la gente», explica Anna Mieszkwoska, autora de la biografía de Irena, La madre de los niños del Holocausto.

Sin embargo, en 1999, su historia empezó a conocerse. Y fue, curiosamente, gracias a un grupo de alumnos de un instituto americano de Pittsburg (Kansas) y a su trabajo de final de curso sobre los héroes del Holocausto. En su investigación dieron con algunas referencias sobre Irena Sendler en revistas especializadas y con un dato asombroso: había salvado la vida de 2.500 niños. «¿Cómo era posible que apenas haya información sobre una persona así?», se preguntaron entonces los estudiantes, cuya curiosidad crecía según encontraban más datos y testimonios.

Pero la gran sorpresa llegó cuando, tras buscar el emplazamiento de la tumba de Irena, descubrieron que no existía porque ella aún vivía, (de hecho, vivió hasta mayo de 2008) era una anciana de 97 años que residía en un asilo del centro de Varsovia, en una habitación luminosa donde nunca faltaban los ramos de flores y las tarjetas de agradecimiento, que llegaban diariamente desde todo el mundo.


Irena Sendler o Sendlerowa (Otwock, Varsovia, 15 de febrero de 1910 - Varsovia, 12 de mayo de 2008), conocida como «El Ángel del Gueto de Varsovia» salvó a 2 500 niños del Gueto de Varsovia.

«Tenga cuidado, el que visita a mi madre acaba llorando», advertía con una sonrisa Janina, la hija de Irena, antes de que el entrevistador entrara a saludar a su madre. Una heroína de carne y hueso que decia irritada, con un tenue hilillo de voz: «Yo no hice nada especial, sólo hice lo que debía, nada más».  Por aquel entonces Irena apenas existía físicamente, lleva años encadenada a su silla de ruedas, en parte debido a las lesiones que arrastraba tras las torturas a las que fue sometida por la Gestapo durante la guerra, cuando descubrieron que sacaba escondidos a niños judíos del gueto. «Le rompieron los pies y las piernas, pero no lograron que les revelase el paradero de los niños que había escondido ni la identidad de sus colaboradores», explica su biógrafa.

Irena Sendler fue siempre una mujer de gran coraje, muy influida por su padre, un médico rural que murió cuando ella tenía sólo 7 años. De él siempre recordaría dos reglas que siguió a rajatabla a lo largo de toda su vida. La primera: que a la gente se la divide entre buenos y malos sólo por sus actos, no por sus posesiones materiales; y la segunda: a ayudar siempre a quien lo necesitase.

Así la pequeña Irena se hizo mayor y comenzó a trabajar en los servicios sociales del ayuntamiento de Varsovia, al tiempo que se unía al Partido Socialista Polaco. Corrían los años 30 y destacaba en los proyectos de ayuda a pobres, huérfanos y ancianos. «Ella era de izquierdas, sí, pero de una izquierda que ya no existe, preocupada por las personas y por su bienestar», apunta su biógrafa, quien asegura que a pesar de ello siempre se situó bastante lejos de la política activa.

Toma de conciencia y decisión: En 1939 Alemania invadió Polonia y el trabajo de Irena se hizo más necesario en los comedores sociales, donde también se entregaban ropas y dinero a las familias judías, inscribiéndolas con nombres católicos falsos para evitar las suspicacias de los soldados alemanes.


«La razón por la cual rescaté a los niños tiene su origen en mi hogar, en mi infancia. Fui educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin mirar su religión o su nacionalidad.»

Pero todo cambió en 1942, cuando las deportaciones se hicieron más frecuentes y los nazis encerraron a todos los judíos de Varsovia, unos 400.000, en un área acotada de la ciudad y rodeada por un muro. El gueto fue la tumba para miles y miles de personas, que morían diariamente por inanición o enfermedades. Irena estaba horrorizada y, como muchos polacos, decidió que había que actuar para evitar la barbarie que asolaba las calles de la capital. Consiguió un pase del departamento de Control Epidemiológico de Varsovia para poder acceder al gueto de forma legal», allí entraba diariamente a llevar comida y medicinas, «siempre portando un brazalete con una estrella de David como símbolo de solidaridad y para no llamar la atención de los nazis».

Una vez dentro, la joven trabajadora social entendió que el objetivo del gueto era la muerte de todos los judíos y que era urgente sacar al menos a los niños más pequeños para que tuviesen la oportunidad de sobrevivir. Fue así como comenzó a evacuarlos de todas las formas imaginables. Dentro de ataúdes, en cajas de herramientas, entre restos de basura, como enfermos de males muy contagiosos…, cualquier sistema era válido si conseguía sacar a los pequeños del infierno. Otra manera era a través de una iglesia con dos accesos, uno al gueto y otro secreto al exterior. Los niños entraban como judíos y salían al otro lado bendecidos como nuevos católicos. También llevaba un perro al que tenía entrenado para abordar a los soldados nazis cuando entraba y salía del gueto. Naturalmente los soldados no querían saber nada del perro y sus ladridos tapaban a los gemidos de los niños.

La actividad de Irena era frenética, igual que el riesgo diario a ser descubierta por los soldados alemanes. «No hice todo lo que pude, podría haber hecho más, mucho más y haber salvado así a más niños», seguía lamentándose a los 97 años.

Irena en 1942

Separar a los hijos: Irena aún recuerda con amargura los momentos en que tenía que separar a los padres de los hijos. Sabían que nunca más se volverían a ver y la arrinconaban entonces con preguntas y deseos de condenado. «Por favor, asegúrame que vivirá, que tendrá un buen hogar», insistían las madres, presas de la desesperación entre los llantos de sus hijos. «Ella también era madre y sentía ese dolor tan profundo como si fuese suyo, de hecho en su vejez aun lo sentía y sufría con esos recuerdos», afirma Anna Mieszkwoska, su biografa.

Pero, ¿qué impulsaba a una joven madre como Irena a arriesgarse de esa manera? ¿Por qué lo hacía? «Se lo pregunté cientos de veces. Ella simplemente lo hacía porque tenía un corazón inmenso, no hay nada más», explica su biógrafa, quien asegura que ni siquiera existían motivaciones políticas o religiosas.

Una vez fuera del horror, era necesario elaborar documentos falsos para los niños, darles nombres católicos y trasladarlos a un lugar seguro, normalmente monasterios y conventos, donde los religiosos siempre tenían las puertas abiertas para los niños del Gueto.

El legado de Irena: Irena apuntaba entonces en pedazos de papel las verdaderas identidades de los pequeños y sus nuevas ubicaciones, y luego enterraba las notas dentro de botes y frascos de conserva bajo un gran manzano en el jardín de su vecino, frente a los barracones de los soldados alemanes. Allí aguardó, sin que nadie lo sospechase, el pasado de los 2.500 niños de Gueto hasta que los nazis se marcharon.

Ni siquiera las torturas de la Gestapo lograron que revelase jamás el lugar en el que estaban ocultos ni las personas que colaboraban con ella. Tampoco los meses que pasó en la terrorífica prisión de Pawlak, bajo el atento cuidado de los carceleros alemanes, quebraron su silencio. No dijo ni una palabra cuando la condenaron a muerte, una sentencia que nunca se cumplió porque, camino del lugar de ejecución, el soldado la dejó escapar. La resistencia le había sobornado. No podían permitir que Irena muriese con el secreto de la ubicación de los niños. Así fue como pasó a la clandestinidad y, aunque oficialmente figuraba como ejecutada, en realidad permaneció escondida hasta el final de la guerra participando activamente en la resistencia.

Con el final del conflicto se desenterraron los botes escondidos bajo el manzano, y los 2.500 niños rescatados del gueto recuperaron sus identidades olvidadas. La gran mayoría había perdido a sus padres, así que muchos fueron enviados con otros familiares o se quedaron con familias polacas, pero todos conservaron a lo largo de su vida un agradecimiento infinito a Irena Sendler. Tras los nazis llegó el comunismo y la aventura de Irena quedó olvidada entre las nuevas doctrinas. Ella, que ya tenía dos hijos, volvió a ser trabajadora social y a su vida tranquila, sólo truncada por las pintadas, en la puerta de su apartamento, en las que le acusaban con necedad de ser «amiga de los judíos» o la llamaban la «madre de judíos». Ella callaba y nunca contaba nada de su pasado «por una mezcla de modestia y de temor a que le pudiera acarrear algún problema, comentaba su hija, Janina, quien asegura que hasta el final de su larga vida mantuvo secretos y vivió como si aún rondara a su alrededor una oscura conspiración.

 Irena Sendler, al cumplir 95 años de edad, el 15 de febrero de 2005. En la imagen se encuentran también Janina Zgrzembska y Elzbieta Ficowska, la niña de la cuchara de plata.

Cuando en 1999 los estudiantes de Kansas se toparon con su historia, se quedaron estupefactos. Estaban frente a una auténtica heroína prácticamente desconocida, así que decidieron escribir una obra de teatro sobre ella. Se escenificó en iglesias y salones sociales de la comarca, asombrando y emocionando a todos los que tuvieron la oportunidad de verla. Uno de estos asistentes fue un profesor judío quien, impresionado, ayudó a los escolares a cumplir su deseo: ir a verla a Varsovia y agradecerle lo que había hecho por la Humanidad. Les dio un cheque de 7.000 dólares y les hizo una petición: «Contadme todo con pelos y señales a vuestra vuelta».

Irena Sendler fue distinguida con la Orden del Águila Blanca, la condecoración más elevada concedida por Polonia.

A partir de ese momento los reconocimientos y las visitas fueron aumentando considerablemente. La llegada de periodistas extranjeros, los cumplidos oficiales, agradecimientos de todo el mundo, las visitas desde Hollywood y, finalmente, la nominación para el premio Nobel de la Paz, propuesta  por el presidente polaco Lech Kaczynski con el apoyo de la Organización de Supervivientes del Holocausto. No fue escojida, el premio fue para Al Gore por unas diapositivas sobre el calentamiento global y en el 2009 se le dió a Barack Obama tan solo por tener buenas intenciones. 

Mientras, todos se preguntan cómo es posible que esta historia haya permanecido tantos años en el olvido y oculta, pese a las veces que se ha tratado el tema del Holocausto y de las personas que lo protagonizaron. Incluso sus amigas le recriminaban que nunca les contara nada sobre su heroísmo y sus hazañas de juventud. Sin embargo, ella seguia sonriendo en su silla de ruedas y enfadándose cuando alguien se atrevía a decir que era una heroína. Porque Irena Sendler nunca fue una heroína, sólo se limitó a cumplir con su deber.

«La madre de los niños del Holocausto» (Editorial Muza), de Anna Mieszkwoska.

 Irena Sendler nunca pensó que recibiría homenaje alguno por sacar subrepticiamente a los 2 500 niños judíos del gueto de Varsovia, ni por soportar las torturas de los nazis o pasar décadas hostigada por el régimen comunista que siguió a la guerra. Según ella lo expresó, "esos actos fueron la justificación de mi existencia en la tierra, y no un título para recibir la gloria". En referencia a las visitas incesantes que recibía, expresó: "Estoy muy cansada; esto es demasiado para mí"






La niña de la cuchara de plata:


Elzbieta Ficowska, nació en el gueto de Varsovia como Elizabeth Koppel, el 5 de enero de 1942. Su madre, Henia Rochman (Rohman) Kopel era una mujer joven, probablemente rozaba los 24 años cuando nació Elzbieta. Su padre, Izrael Hosef Kopel (Josek Koppel), era mucho más mayor que su esposa y originario de Nowy Dwor, una localidad cercana a Varsovia donde nacio el 15 de mayo de 1893. Izrael Josef Kopel era el hijo de Fajvel y Kopel Chana residentes en la ciudad de Varsovia. El abuelo materno de Elzbieta era Aron Pejsach Rohman, dueño de una curtiembre en Wolomin, un pueblo cerca de Varsovia. Su padre también fue dueño de una curtiduría en la misma ciudad. Toda esta información fue reunida por Elzbieta, en los últimos años por un acuerdo de arrendamiento de la curtiduría existente entre Izrael Jozef Kopel y el señor Bischoff, además reclutó los restantes testimonios a través de su niñera polaca, su madre polaca, y su tío abuelo materno que emigró a los EE.UU. antes de la Segunda Guerra Mundial.

Elzbieta Ficowska, un bebe rescatado por Irena y al que solo una cuchara de plata grabada con su nombre y fecha de nacimiento identificaba

Zegota, fue un movimiento clandestino polaco también conocido como el Consejo para la Ayuda a los Judíos. En la vida de Elzbieta, dicha organización desempeñó un papel importante. En ella trabajaba Irena Senlerowa (Jolanta), (conocida como Irene Sendler, nota del edit), una trabajadora social y jefa de la sección infantil, que con su labor ayudó a evacuar a más de 2.500 niños judíos del gueto de Varsovia. Estos se encontraban sin ayuda condenados a una muerta indudable. Los pequeños fueron escondidos en los orfanatos, conventos, escuelas, hospitales y viviendas particulares, proporcionándole una identidad nueva, quedando cuidadosamente recogidos los nombres originales a través de unos códigos que solo ella entendía. Así, podrían lograr los familiares sobrevivientes del gueto encontrar a los niños una vez finalizada la guerra. Arrestada y condenada por la Gestapo en el otoño de 1943, Senlerowa fue condenado a muerte, pero la organización Zegota la rescató antes de la ejecución. Ella asumió una nueva identidad y continuó su trabajo en la clandestinidad.

Elzbieta fue uno de los tantos niños que fueron salvados del gueto de Varsovia. Contaba cinco meses cuando una colaboradora de Sendler le suministró un narcótico y la metió en una caja de madera con agujeros para que entrara el aire. Él bebe fue sacada del gueto en un carro tirado por un caballo, junto con un cargamento de ladrillos, manejado por el hermanastro de su madre que era constructor y contaba con un permiso para entrar en el gueto. En la caja con ella iba una cuchara de plata con el nombre grabado “Elzunia” y su fecha de nacimiento: 5 de enero de 1942. A partir de ese momento comenzó para ella una feliz y, como se vio después, una vida segura.

Inicialmente fue colocada temporalmente con Stanislawa Bussold, una viuda de 60 años de edad y partera de profesión. Stanislawa decidió mantener al bebé, después de tener conocimiento sobre el estado de salud de la mujer seleccionada que efectuaría la larga acogida de la pequeña. Esta sufría como tantas otras personas por aquella época de tuberculosis.

Esta partera diligente ayudaba a las mujeres judías en el momento del alumbramiento, al igual que en la colocación de los niños con las familias polacas. Pasado un corto tiempo y por temor a la curiosidad excesiva de sus vecinos, Stanislawa contrato a una niñera, Janina Beciak, y la envió con Elzbieta a la localidad cercana a Varsovia, Michalin. Hasta hoy, Ficowska dice que la fallecida Bussold fue su “madre polaca”, para distinguirla de su “madre judía”. Durante meses, la madre de Elzunia, Henia Rohman, llamaba por teléfono para  escuchar  los balbuceos de su hija y asegurarse que se encontraba en buen estado. Poco después, ella y su marido perecieron en el gueto.

La niñera y Elzbieta se ubicaban a diario cerca del camino por donde transcurría el abuelo, Aaron Pejsach Rochman, de la pequeña cuando se dirigía fuera del gueto escoltado por los alemanes para realizar el trabajo forzado. Ella fue quien le comunico que la criatura iba a ser bautizada. El abuelo le preparo un traje blanco y una pequeña cruz de oro, que le fue entregada. Muchos años después, recordaba Janina las palabras del abuelo sollozante: “Elzunia jamás volverá a ser nuestra”.

Elzbieta se crió en la casa de su madre polaca, cuando a la edad de 17 años empezó a hacer preguntas. Los hechos salieron lentamente, y Elzbieta fue incorporando la información recién aprendida en su vida. Hoy en día está casada con un escritor de renombre polaco, Jerzy Ficowski y es madre de dos hijos. En la entrega de unos premios, Elzbieta tomo la palabra y declaro: “En vista de la indiferencia actual, el ejemplo de Irena Sendlerowa es muy importante. Ella es como una madre para mí y para muchos de los niños rescatados”.

Encuentro de Elzbieta e Irena
Éstas eran las palabras de una mujer, que de lo único que tenía certeza era que había nacido en el gueto, y cuyo certificado de nacimiento era una cuchara de plata donde figuraba una grabación con su nombre y fecha de nacimiento. Por lo demás, todo es incierto. Por ello se dedica a recabar la máxima información posible, a través de aquellas personas que aun guardan algún recuerdo de aquella época. A pesar del tiempo transcurrido, “no puedo abandonar la esperanza, de que alguien guarde una foto de mis padres. Tal vez esa persona no sepa que esos son mis padres, e igualmente sigo cualquier rastro por todo el mundo. He visto tantas fotos de judíos sin nombres en películas alemanas antiguas. A veces sucumbo en la ilusión, de que alguien reconozca a mis seres queridos, aunque me consta que eso es algo imposible”.


Una mujer, que a pesar de saber quién es continúa luchando por conocer más de sus raíces familiares. Es evidente, que el ser humano necesita conocer su procedencia para transmitir aunque sea únicamente de manera oral la historia familiar a sus descendientes. En el caso de los niños del Holocausto, este derecho se le fue robado a pesar de llamarse afortunados por haber escapado de la muerte. Otros no lo lograron y se les arrebato la vida por ser únicamente judíos, ya que no tenían la edad ni razón para haber cometido algún delito.

Irena en 2003, recibiendo altos honores. Irena Sendler fue uno de los últimos héroes vivos de su generación, y que demostró una fuerza, una convicción y un valor extraordinarios frente a un mal de una naturaleza extraordinaria. 
Más información:
Wikipedia
Mujeres de leyenda

La teoría de las ventanas rotas



El Prof. Phillip Zimbardo de la Universidad de Stanford (EEUU),  realizó un experimento de psicología social en 1969. Dejó dos autos abandonados en la calle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta color. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. 

Dos autos idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio. 

Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no lo destruyeron. 

En cambio el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto. 

Es común atribuir a la pobreza las causas del delito... Atribución en la que coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha y de izquierda). 
Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí, cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores rompieron un vidrio del automóvil de Palo Alto. 

El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx, y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre. 
¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo? 



No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que vale todo. 
Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos cada vez peores se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional. 

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la 'teoría de las ventanas rotas', la misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores. 

Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás. 

Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. 

Si se cometen 'pequeñas faltas' (estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja) y las mismas no son sancionadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos cada vez más graves. 

Si los parques y otros espacios públicos deteriorados son progresivamente abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a las pandillas), esos mismos espacios abandonados por la gente son progresivamente ocupados por los delincuentes. 

La teoría de las ventanas rotas fue aplicada por primera vez a mediados de la década de los 80 en el metro de Nueva York, el cual se había convertido en el punto más peligroso de la ciudad. 

Se comenzó por combatir las pequeñas transgresiones: graffitis deteriorando el lugar, suciedad de las estaciones, ebriedad entre el público, evasiones del pago del pasaje, pequeños robos y desórdenes. 

Los resultados fueron evidentes. Comenzando por lo pequeño se logró hacer del metro un lugar seguro. Posteriormente, en 1994, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York, basado en la teoría de las ventanas rotas y en la experiencia del metro, impulsó una política de 'tolerancia cero'. 

La estrategia consistía en crear comunidades limpias y ordenadas, no permitiendo transgresiones a la ley y a las normas de convivencia urbana. El resultado práctico fue un enorme abatimiento de todos los índices criminales de la ciudad de Nueva York. 

La expresión 'tolerancia cero' suena a una especie de solución autoritaria y represiva, pero su concepto principal es más bien la prevención y promoción de condiciones sociales de seguridad. 

No se trata de linchar al delincuente, ni de la prepotencia de la policía, de hecho, respecto de los abusos de autoridad debe también aplicarse la tolerancia cero. 

No es tolerancia cero frente a la persona que comete el delito, sino tolerancia cero frente al delito mismo.Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana. 

El artículo original, titulado "Ventanas Rotas", es de James Wilson y George Kelling, estudiosos en criminología, el artículo apareció por primera vez en la edición de marzo de 1982, en The Atlantic Monthly. Después, se hizo un libro en base a estudios y experimentos (los que narra el artículo de esta entrada), a partir del artículo original.




La teoría triangular de Sternberg



Si los sentimiento nos hacen sentirnos vivos, el amor es el que mejor lo consigue.  Los humanos ansiamos la felicidad, y el primer objetivo para conseguirla es el amor.  Querer y ser querido es para todos lo más deseable.

Algunos considerarán que someter el amor a estudio puede restarle romanticismo, sin embargo conocer el amor y sus característica constituye una herramienta para su "manejo", para su disfrute y para su supervivencia.

Resulta complicado definir el amor puesto que se trata de un sentimiento polivalente, paradójico y cambiante.  No se quiere del mismo modo a todos a los que alguna vez se ha amado, ni tampoco se quiere igual, año a año, a la persona con la que se comparte la vida.
El amor es compatible con el dolor y con la frustración, con la resignación y con la infidelidad; por eso amor no es necesariamente sinónimo de estabilidad, ni ruptura significa lo mismo que fin del sentimiento.

La teoría triangular del amor del psicólogo e Robert Sternberg caracteriza el amor en una relación interpersonal según tres componentes diferentes: intimidad, pasión y compromiso:

1. La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo, la conexión y principalmente la autorrevelación. Implica además del deseo de acercamiento, comunicación y un fuerte interés por el otro, búsqueda de la felicidad del otro y encontrar la propia en su compañía, necesitarse y procurar tiempo en común. Proporciona sentimientos de apoyo emocional mutuo.

2. La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades. Necesidad profunda e imperiosa del otro, evidencia mental y sentimental de que el otro es la persona que más importa.  Emoción psicofísica cuya traducción principal es el sexo.
La pasión se desarrolla deprisa y desaparece pronto, aunque algunas pasiones son duraderas.
Con la atracción sexual se mezclan otros sentimientos tan especiales como admiración profunda, necesidad de protección, sumisión irracional, sensación del ser querido o enorme gratitud.

3. La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor.  Implica constancia y lealtad.
Suele situarse en tercer orden cronológico (primero nos enamoramos, luego nos queremos y finalmente nos comprometemos) aunque esta no es la única secuencia posible.

Las diferentes etapas o tipos de amor podrían según Sternberg ser explicados a través de 7 combinaciones de estos elementos. Según Sternberg una relación basada en un solo elemento tendría menos probabilidades de mantenerse que una basada en dos o en los tres.


Las siete formas del amor

0.  Falta de amor: No existe pasión ni intimidad ni compromiso. No es una forma de amor, puesto que no existe amor en ninguna de sus manifestaciones.

1. Cariño: Sólo intimidad. En este caso, no debe tomarse en un sentido trivial. Este es el cariño íntimo que caracteriza las verdaderas amistades, en donde se siente un vínculo y una cercanía con la otra persona, pero no pasión física ni compromiso a largo plazo.

2. Encaprichamiento: Sólo pasión. Es lo que comúnmente se siente como «amor a primera vista». Sin intimidad ni compromiso, en cualquier momento.

3. Amor vacío: Sólo compromiso. Existe una unión por compromiso, pero la pasión y la intimidad han muerto. No sienten nada uno por el otro, pero hay una sensación de respeto y reciprocidad. En los matrimonios arreglados, las relaciones suelen comenzar con un amor vacío.

4. Amor romántico: intimidad+ pasión. Se da cuando los amantes se atraen tanto física como emocionalmente, pero ese sentimiento de unión y compenetración no va acompañado de compromiso. El amor romántico (Apasionado o Enamoramiento) es una de las formas de amor más extendidas en nuestra sociedad. Aunque el enamoramiento no parece suficiente para garantizar una relación feliz y estable, lo cierto es que en la cultura occidental está estrechamente vinculado con el matrimonio, sin embargo en otras culturas  en la que existe el matrimonio acordado, el enamoramiento  parece ser un ingrediente fundamental de la felicidad y satisfacción matrimonial.

Una de las formas de acercarnos a qué es exactamente el amor romántico consiste en preguntarles a las personas acerca de qué sienten, hacen o piensan  cuando están enamorados. Las respuestas son:

A.- Un estado cargado de emociones y excitación fisiológica: atracción, deseo sexual, celos, sentimientos negativos cuando el otro está ausente o no corresponde, excitación en general, etc.

B.- Un conjunto de pensamientos que se centran en la persona amada, preocuparse por ella, idealizarla, desear conocerla de forma profunda.

C.-  Conductas: expresión verbal de afecto, autorevelación, dar apoyo emocional y moral, mostrar interés por las actividades y opiniones del otro, expresar de forma no verbal sentimientos positivos, manifestaciones materiales (regalos, ayuda al otro en sus tareas), expresión física de afecto, etc.

5. Amor sociable o de compañía: intimidad+ compromiso. Predomina la preocupación por la felicidad y bienestar de la otra persona, dándose un apoyo mutuo a nivel social, de comunicación y de comprensión.  Los componentes que forman este tipo de parejas se sienten profundamente unidas entre sí, se valoran mutuamente y comparten lo que tienen (posesiones, conocimientos e intimidad). Se encuentra frecuentemente en matrimonios en los que la pasión se ha ido, pero hay un gran cariño y compromiso con el otro. Suele suceder con las personas con las que se comparte la vida, aunque no existe deseo sexual ni físico. Es más fuerte que el cariño, debido al elemento extra que es el compromiso. Se encuentra en la familia y en los amigos profundos, que pasan mucho tiempo juntos en una relación sin deseo sexual.

6. Amor fatuo o loco: pasión+ compromiso. Se da en relaciones en las que el compromiso es motivado en su mayor parte por la pasión, sin la estabilizante influencia de la intimidad.

Por ejemplo, cuando dos personas se casan a las pocas semanas de haberse enamorado, sin que haya tiempo para que la intimidad surja, como ocurre en  las bodas rápidas de Las Vegas.

La película "Las amistades peligrosas" refleja el amor como juego.

Otros tipos de amor que se dan en la sociedad occidental son:

El amor como juego: ausencia de fuertes vínculos emocionales. No son las cualidades de la persona amada las que  determinan de forma fundamental la atracción, siendo frecuente cambiar de una persona a otra de características completamente opuestas, evitándose el contacto continuado y asumiéndose a veces por ambas partes ciertas dosis de engaño. Un ejemplo de este tipo de amor lo tenemos en “Don Juan Tenorio” o “El Conde de Valmont” (protagonista de la película “Las amistades peligrosas” del director Stephen Frears).

Amor práctico: ausencia de excitación y de drama, reemplazado por un análisis racional costes- beneficios  de la relación, seguido por la decisión de continuar dicha relación sólo si se considera que los segundos (beneficios) superan a los primeros (es decir los beneficios a los costes)

Amor maniático: deseo de amar, pero unido siempre de una sensación dolorosa que se considera esencial en el amor. Los celos suelen ser un ingrediente fundamental en este tipo de amor, al igual que los intensos síntomas y los frecuentes cambios de estado de ánimo.

7. Amor consumado: Es la forma completa del amor. Representa la relación ideal hacia la que todos quieren ir pero que aparentemente pocos alcanzan. Sin embargo, Sternberg señala que mantener un amor consumado puede ser aun más difícil que llegar a él. Enfatiza la importancia de traducir los componentes del amor en acciones. «Sin expresión —advierte—, hasta el amor más grande puede morir». El amor consumado puede no ser permanente. Por ejemplo, si la pasión se pierde con el tiempo, puede convertirse en un amor sociable.

Según esta teoría triangular, el amor ideal es el que incluiría los tres componentes anteriormente citados: intimidad, pasión y compromiso, pero según Sternberg la mayoría de las relaciones sólo tienen dos dimensiones.

Responde con sinceridad, si sólo pudieses elegir dos de las dimensiones ¿cuáles elegirías? Y en tus relaciones pasadas, ¿qué dimensiones son las que normalmente has tenido? Y por último, que dimensión no contemplada por Sternberg incluirías tu en una particular teoría del amor? ¿Que nuevas combinaciones crees que generaría esta?




Diez consejos de un Lama



1) Busca en tí mismo la fuerza del propósito, la fe en la propia regeneración. Tu divinidad te espera. Esfuérzate en hallarla y actualizarla.

2) Practica en todo momento la religión universal del bien sin distinción de creencias, de clases, de partidos, de intereses, de nacionalidades, de razas, de reinos de la naturaleza.

3) Relega a olvido tus faltas y limitaciones pasadas, para renacer con renovados estímulos a una vida mejor. Entonces, tácitamente serás merecedor de la invisible ayuda.

4) Practica la simpatía y adquiere el hábito del contento a través de todas las circunstancias. Decídete a realizar el leve esfuerzo de prescindir de los pequeños defectos. Lucha con todas tus fuerzas contra la depresión, contra la tristeza, contra el tedio, contra el mal humor. Combate los métodos dominantes de acritud e imponte la condición de ser siempre y con todo el mundo amable.

5) Procura dar todas las facilidades posibles a los demás. Ayúdalos a descubrir su camino más noble y a seguirlo. Haz de la generosidad de pensamiento y acción, tu ley silenciosa.

6) Proponte firmemente no censurar a nadie, ni aún de pensamiento. ¿Qué sabemos de las verdaderas causas de los actos ajenos? Esfuérzate, por el contrario, en comprender.

7) Adopta una divisa solar, de alegría, a todas horas. Entonces, la luz oculta que guía al mundo te la incrementará y te sorprenderán a tí mismo los resultados.

 8) Procura no auto-exaltarte ni auto-compadecerte. O sea, no pensar demasiado en tí mismo, si no es con el fín de perfeccionarte.

9) Invoca la armonía como fórmula de salud integral, de equilibirio del cuerpo y del espíritu. Porque la armonía es la ley suprema del Universo.

10) Irradia con humildad tu mensaje viviente de belleza, de espiritualidad y de paz, en un mundo atormentado, materializado, desorientado. El necesita de tu eficaz contribución. Ofrécesela. Ofrécele tu mente positiva, tu cuerpo puro, tu aura armoniosa, tu contentamiento irradiante, tu fe sin límites en la bondad de la vida y en las leyes que conducen a un alto fin, la evolución humana.

Lama Kalu Rinpoché

Retrato del Lama Kalu Rinpoché