Desear lo que tenemos



Deseo y placer. La mente los mezcla en una dimensión temporal y se confunde. El deseo es el placer proyectado en el tiempo, la anticipación de la alegría, el goce o la felicidad. El placer es el “ya”, y el deseo, el “después”. Presente y futuro. Pero si el desear es un acto determinado por la carencia, por lo que no tenemos y añoramos obtener, cabe preguntar: ¿en qué se convierte cuando lo alcanzamos? Ya no sería privación o escasez, ya que estaríamos haciendo uso del objeto del deseo, degustándolo, consumiendo y agotándolo. Una vez llegamos a la cima, ya no vemos la cima. En ese momento, la psiquis transforma la avidez augurada, en placer contante y sonante. Una vez saciados, a otra cosa, hasta que el deseo empuje de nuevo para eliminar el aburrimiento. Parecería que para el deseo no hay presente, su dinámica fluctúa entre el recuerdo de las sensaciones vividas  y la expectativa de concretarlo. Cuando pasa por el presente, no lo identificamos con claridad.

Epicúreo fue el que más se aproximó a una comprensión verdadera de este juego tiempo/placer. No solo lo conceptualizó, sino que lo puso en práctica. Para él y sus discípulos hedonistas, el “goce de vivir” fue el “arte de vivir”. El bien supremo no era la virtud en sí misma, sino el placer saludable y la felicidad asociada. Epicúreo deseaba lo que tenía, las “ganas” se convertían en potencia de vida, en autorrealización, en una fuerza por existir cada vez más, sin mojigatería ni doble moral. Es decir: era un modo de vida, como diría el filósofo Pierre Hadot.

Un punto del epicureísmo que me parece vital, es la diferencia que se establece entre el placer cinético (causado por un estímulo que llega, nos impacta positivamente y/o cubre una necesidad: tengo hambre y tomo alimentos, tengo sueño y duermo, estoy bajado y pruebo estimulantes) y el placer estático (el disfrute reposado y pacífico, el placer fundamental) que se obtiene cuando estamos en una situación “sin dolor”, debido a que el aversivo desparece o se controla y el balance interior ha sido recobrado. El estado estático ideal, el del hombre sabio, ocurriría cuando se logra  disfrutar de “la ausencia de una necesidad” bastante tiempo después de que el dolor se ha ido: por ejemplo, el placer de no tener sed,  sueño, hambre, ansiedad, de no estar solo, enfermo o en desamor. En fin: el agrado del “no”.

Pero como resulta obvio,  esta ausencia del malestar suele pasar desapercibida por nosotros, a no ser que sea reciente. Nadie está feliz porque no tiene una espina clavada o no le duele una muela, si eso le ocurrió hace años o meses. Nadie se alegra de “estar sano”, si no acaba de salir de una enfermedad (se nos olvida muy rápido por lo que pasamos). Pocos agradecen tener una buena pareja, un buen trabajo, unos buenos hijos, amigos y estar vivo, simplemente por que sí. Nos acostumbramos a la ausencia de dolor, al estado simple y maravilloso de estar sin la tortura. No niego que haya estímulos que nos sacudan, y que si no son dañinos conforman el picante de la vida, pero lo otro, lo ya resuelto, lo cotidiano, el sosiego que habitamos por no estar hambrientos, sin achaques o sin padecimientos en general, lo ignoramos. Lo damos por hecho. Creamos una amnesia al “placer del no sufrimiento”, quizás porque sea una felicidad que entra por la puerta de atrás. Estar atentos a los placeres estáticos, que son miles, haría que la alegría de vivir fuera inmensa: desearíamos y disfrutaríamos  lo que tenemos, no solamente lo que quisiéramos tener. Recuerdo un señor sobreviviente de la guerra civil española, que había decido mantener activo el placer de una comida digna y un buen vaso de vino después de las angustias pasadas. Cada almuerzo y comida se le veía sonreír para sí.

Algunas religiones cuentan con ritos de “agradecer a Dios” que pueden ser vistos como una forma de atención consciente a la dicha estática. Queda claro que no hablo de resignación o abandono de sí mismo. No me refiero a reprimir el placer, sino a ampliarlo hasta abarcar el presente. Traer el deseo al “aquí y el ahora” es resaltar la dicha que conservamos y no vemos. La serenidad de la mente es una condición que permanece más allá de estimulo-respuesta. Se trata de sentir la plenitud del ahora, el placer de un reposo auténtico  donde la percepción del “no dolor” sea cada vez más consciente. Algunos hablan de gratitud.


Ser flexible y el bosque de bambú Sagano de Arashiyama


Milenario bosque de bambú Sagano en Arashiyama, Kyoto, Japón. Designado como sitio histórico nacional y lugar de gran belleza escénica. Ya fué mencionado en el famoso libro de Murasaki Shikibu  “La Historia de Genji” [Genji Monogatari] escrito en el siglo XI.  El bosque de bambú de Sagano Arashiyama sigue siendo hoy en día evocador de un período en el que los aristócratas japoneses gustaban de pasear bajo los bosques de bambú, ofreciendo a día de hoy un paseo para recluirse del mundo y adentrarse en una naturaleza llena de sensaciones
.

Las mentes rígidas son inmóviles, monolíticas, duras como las piedras e impenetrables, porque con el paso de los años la experiencia y el conocimiento se han solidificado de manera sustancial e irrevocable. Su estrategia de supervivencia es la auto indulgencia: no se permiten dudar de sí mismas y aborrecen la  crítica y la auto crítica.

Por su parte, las mentes flexibles se parecen más a la arcilla. Poseen un material básico  a partir del cual obtienen distintas formas: no son insustanciales (como podría serlo una mente líquida: sin principios ni convicciones) pero tampoco están definida de una vez por todas como las mentes pétreas. La mentes flexibles pueden avanzar u retroceder, modificarse, reinventarse, crecer, actualizarse, revisarse, dudar y escudriñar en ellas mismas sin sufrir trauma alguno. Asimilan las contradicciones e intentan resolverlas; no se aferran al pasado ni lo niegan, más bien lo asumen de una manera constructiva sin perder la capacidad crítica. Las mentes abiertas muestra una fortaleza similar a la que el taoísmo le atribuye al bambú, de quien se dice que es elegante, erguido y fuerte, hueco por dentro, receptivo y humilde, se inclina con el viento pero no se quiebra. Para los seguidores de Lao Tse la suavidad  y la flexibilidad están íntimamente relacionadas con la vida, mientras la dureza y la rigidez están asociadas a la muerte.

Arashiyama se convirtió en un destino popular desde el período de la Heian [794-1185], cuando los nobles se retiraban allí para disfrutar de su entorno natural. Este lugar estuvo reservado durante muchos años a la alta aristocracia japonesa. Sus senderos, misteriosos, románticos y silenciosos, eran uno de los lugares de esparcimiento favoritos de la familia real.En la década de 1870 cuando Thomas Edison estaba buscando una alta calidad de bambú como material para el filamento de su bombilla,  el gobernador de Kyoto recomendó dos lugares que podían ser fuente de recursos de bambú, uno de los cuales era Sagano. 


La estructura interna de las mentes estrechas, de acuerdo a las investigaciones, es una maraña de esquemas negativos entrelazados que son un peligro para la salud mental, tanto para quien la padece como para la sociedad toda. Sus contenidos más determinantes son: dogmatismo (creerse el dueño de la verdad), simplicidad cognitiva (incapacidad de integrar información divergente y variada), solemnidad/ amargura (fobia al buen humor y la risa, porque los consideran “frívolas”), normatividad (resignación y conformismo, apego a las reglas y un rechazo furibundo al pensamiento rebelde e inconformista), prejuicio (odiar, segregar y/o agredir a determinadas personas por sus rasgos o creencias) y autoritarismo (abuso del poder y una actitud antidemocrática).

¿Cómo sobrevivir a estos personajes? ¿Cómo hacer que nuestros niños no se eduquen con una mentalidad fundamentalista (mis ideas no son discutibles) y oscurantista (miedo a la cultura/información)? El mejor camino es promocionar y fomentar los componentes psicológicos opuestos a la rigidez: análisis crítico (disposición a revisar las propias creencias y confrontarlas con la realidad y/o la lógica), complejidad cognitiva (ser capaz de utilizar toda la información relevante para comprender los hechos), humor/lúdica (aprender a no tomarse muy en serio a sí mismo), inconformismo (ejercer el derecho a la desobediencia razonada y razonable), imparcialidad (no discriminar a las personas) y pluralismo (aceptar las diferencias civilizadas y convivir con ellas sin reprimirlas ni ofenderse).

El bosque de bambú de Sagano Arashiyama cuenta con más de 50 variedades de bambú, con algunos ejemplares que superan los 20 m de altura, atravesado por numerosos senderos, transitables a pie o en bicicleta.Los mejores momentos del día para visitarlo son la mañana, cuando el sol aún no se ha elevado mucho, y también por la noche pues el camino se ilumina y otorga al bosque una extraña apariencia de irrealidad. En cuanto al mejor momento del año, el bosque siempre resulta impactante, pero alcanza su esplendor en otoño, en el momento en el que las hojas adquieren su plenitud. Otra cualidad a destacar de este bello bosque es el sonido del viento oscilando estos tallos gigantes de bambú de lado a lado, produciendo un sonido que ha sido votado por los japoneses como uno de “los 100 sonidos que hay que salvar de Japón”. 

El paso de la rigidez a la flexibilidad es un síntoma de madurez y crecimiento personal. Es  pasar de una mente primitiva, a una evolucionada, de un sistema de acción limitado a un funcionamiento óptimo, de una mentalidad estancada a una fluida. Pura evolución.

Hubo un momento (posiblemente a partir de una fuerte expansión cerebral que ocurrió hace 500.000 años)  en que la mente comenzó su apertura. La inteligencia social se unió al de inteligencia natural hace aproximadamente 100.000 años,  y luego se sumó a ellas la inteligencia técnica (posiblemente hace 60.000 años). A partir de allí y gracias al lenguaje, la historia de la humanidad puede verse como un fenómeno expansivo y progresivo de sus capacidades intelectuales. Desde esta perspectiva evolucionista, la rigidez puede ser considerada como un freno de emergencia, un proceso de estancamiento, conceptualmente regresivo y retardatario. 


Entre los bosques de bambú pueden visitarse también algunos templos como el de Tebryu ji donde también pueden visitarse sus jardines, declarados patrimonio de la humanidad por Unesco en 1994.

Existe un estrecho vínculo entre el pueblo japonés y la naturaleza, y son muchos los principios del diseño en los jardines japoneses. Cada elemento del jardín tiene un símbolo; cada roca, cada especie o cada curso de agua. El bambú es una especie muy invasora, por lo que los cuidadores de este lugar se ven obligados cada año a controlar la expansión del bosque para evitar que ponga en peligro la flora y los ecosistemas de los alrededores.



Hábitos




Una buena amiga me comentó hace tiempo que estaba intentando abandonar el hábito de fumar cigarrillos, al cabo de unos meses volvimos a coincidir y le pregunté si había logrado por fin dejar de fumar, me dijo que si, después hizo una pausa y se quedó pensando un instante... Pero sabes -me dijo- me he dado cuenta de que sigo siendo una adicta, ahora me paso el día comiendo chocolate, solo he substituido un hábito por otro.

Esta anécdota me ha recordado una frase de Yogui Bhajan que cito textualmente:

"Cuarenta días cambian un hábito. Noventa días colocan el nuevo hábito en el subconsciente. Ciento veinte días fijan el hábito en el subconsciente de forma que de ahora en adelante será un patrón automático. Mil días te hacen un maestro."

Que pensáis al respecto?


Hua Hu Ching


Todo momento es frágil y huidizo.

Por hermosos que sean, no pueden conservarse los momentos del pasado.

Por gozosos que sean, no pueden guardarse los momentos del presente.

Por deseables que sean, no pueden atraparse los momentos del futuro.

Pero la mente se desespera por fijar el río en un lugar:

poseída por las ideas del pasado, preocupada por las

imágenes del futuro pasa por alto la simple verdad del momento.

Quien pueda disolver su mente descubrirá de repente el Tao a sus pies, y tendrá la claridad a la mano.

Lao Tse



Se inútil y goza



Lao Tse iba viajando con sus discípulos y llegaron a un bosque donde cientos de leñadores estaban
talando arboles.
El bosque entero había sido talado excepto un enorme árbol con cientos de ramas. Era tan grande que diez mil personas se podían sentar bajo su sombra.
Lao Tse les pidió a sus discípulos que fueran a preguntar porque ese árbol no había sido talado.

Fueron y preguntaron a los leñadores, quienes respondieron: Este árbol es completamente inútil. No se puede hacer nada con él porque cada rama tiene muchos nudos, ninguna es recta. No se le puede usar como combustible porque el humo que produce es dañino para los ojos. Es un árbol completamente inútil, por eso no lo hemos cortado.”

Los discípulos volvieron y se lo contaron al maestro.
El se rió y les dijo: “Sed como este árbol, si sois útiles os cortarán y os convertirán en muebles de alguna casa. Si sois hermosos seréis vendidos en el mercado, os convertirán en objetos. Sed como este árbol, completamente inútiles y entonces creceréis grandes y vastos y miles de personas encontrarán sombra bajo vosotros.

Lao Tse tenía una lógica especial. El dice: Sé el último.
Muévete en el mundo como si no estuvieras. No compitas,
no trates de probar que eres digno, no es necesario.
Sé inútil y goza.
Que opináis vosotros de esto?



Alegrate sin razón alguna



Acepta la vida tal como es.

Aceptándola los deseos desaparecen, las tensiones y el descontento desaparecen.

Aceptando, uno empieza a sentirse alegre sin razón alguna.

Cuando la alegría tiene una razón, no dura mucho. Cuando no tiene razón alguna, dura para siempre.


Pasión



¿Qué entendemos por pasión? Tal vez esta sea la metáfora más olvidada de nuestro quehacer actual. Trabajamos sin conciencia de la banalidad detrás de las acciones humanas y nos dejamos exprimir por las imposiciones de esta dogmática sociedad moderna.

Estudiamos porque nos dicen “tienes que llegar a ser alguien en la vida”, “esta o aquella otra profesión te va a dar mayor estatus” entre otras muchas afirmaciones prejuiciosas, mientras la pasión duerme en una caverna abismal y tétrica sin posibilidades de ascender gloriosa a los niveles más puros de la conciencia.

Pasión es ardor, es entusiasmo, es exaltación por la vivencia presente y admiración perpetua por el instante que se despliega portentoso en cada experiencia. Pasión es ir más allá de los cinco sentidos hasta toparse con el ir y devenir de las cosas sin oponer resistencia a la propia sincronía de la naturaleza, la cual líricamente se abre a sí misma sin limitación alguna y se expande o contrae según el momento oportuno. Pasión es la máxima entrega del ser hacia una obra en donde sus sentimientos más profundos se transforman hasta crear un lazo inseparable con el mundo y con el otro.

Pasión es vivir. Pasión es sentir. Pasión es dejarse ir a través de los pilares que conforman los cimientos de la inconsciencia. Pasión es convertirse en niño, juguetear con la vida. Pasión es amor. Pasión es romance. Pasión es poesía. Pasión es música. Y mientras la vida transcurre según los umbrales de las ecuaciones poéticas del porvenir, la pasión inexorable clama por brotar hacia la superficie vehemente e impetuosa para traspasar los barrotes de los calabozos indolentes.


Quien eres tu?

Némesis, la diosa de la venganza, hizo que Narciso se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas y se ahogó. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.

¿Quién eres tú?

Podrías responder, "Yo soy yo, yo mismo", y podrías comenzar a relatar la historia de ese 'yo' que crees ser: su nombre, su edad, sus éxitos y fracasos, sus planes para el futuro, su búsqueda espiritual, su desafiante camino, y así sucesivamente...

Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿acaso hay dos tú?.  Un ser y algo más que está consciente de ese ser? 

Si pudieras objetivarte a ti mismo de ese modo, hablar acerca de ti como una historia y como una imagen que siempre cambia, quién o qué reconocería esa objetivación? 
¿Quién es quien cuenta la historia de 'yo y mi vida'? ¿Quién es el que ama la vida, quién la teme, quién la desea, quién la rechaza? ¿Podrías estar separado de la vida en primer lugar?

Esta enseñanza no es un nuevo sistema de creencias que el 'yo' pueda añadir a sí mismo, ni la eliminación de todas las creencias e historias (¡esta es la historia más grande de todas!), más bien se trata de una investigación profunda acerca de la realidad del mismo 'yo' que cree o no en su propia realidad. No se trata de algún estado, puesto que todos los estados van y vienen, no se trata tampoco de generar algún tipo de experiencia en particular, porque toda experiencia está supeditada al tiempo, es más bien una base natural, omnipresente, en donde ocurren todos los estados y las experiencias pasajeras; Eso que eres, y que jamás podrías dejar de ser.

Jeff Foster


La ansiedad


La ansiedad es una de las sensaciones más desagradables que existen, pero es necesaria para el buen funcionamiento de las personas. Sin ella,  no tendríamos ninguna señal de alerta que nos avisara cuando algo no va bien.

Esta “inquietud mental” hace que casi nunca estemos plenamente atentos a lo que estamos haciendo en este momento, lo que produce ansiedad y/ó sensación de insatisfacción. Es como si no estuviésemos “a gusto” en ningún lado. En realidad, siempre que “nuestra cabeza” esté navegando por rumbos diferentes al de nuestro cuerpo, nos sentiremos cansados además de ansiosos, con el agregado de una sensación de alteración en la percepción del tiempo que hará que el día “pase volando” y que tengamos tareas pendientes permanentemente…

Si mientras estamos haciendo una cosa, estamos pensando en otra distinta, el cuerpo y la mente están disociados. Esto provoca un claro resultado denominado: ansiedad. Es como “estar sin estar”. El cuerpo aquí…la mente allá…

Si esto es lo que hacemos, necesitaremos aprender a estar plenos en cada momento (cuerpo y mente), enfocados, concentrados… para disminuir y eliminar la ansiedad. Nuestra intención de modificar este hábito nocivo será parte de la “medicina natural” que necesitamos incorporar y un cambio de hábito será la herramienta necesaria para una vida mejor.

La ansiedad no nos permite disfrutar de ningún momento, de ninguna actividad, ni de los afectos. La ansiedad siempre estará jerarquizando el momento futuro, impidiendo estar a gusto, ahora.


La importancia de marcarse objetivos para superar la ansiedad:

Normalmente, la ansiedad es la forma de reaccionar de nuestro organismo ante los retos que son mayores a nuestra capacidad para superarlos. Pero ¡cuidado!  Esto no quiere decir que siempre que aparezca la ansiedad estemos abordando un reto insuperable. En la mayoría de ocasiones es una manera de interpretar la realidad de una manera engañosa. La persona cree que no puede superar una situación determinada, cuando lo que quizás está pasando es que no está organizando sus objetivos de forma ordenada y asequible.

En muchas ocasiones se pretende llegar a nuestras metas demasiado rápido, y ello genera cierta prisa (que es sinónimo de angustia). Además,  puede producir estrés (primo hermano de la ansiedad).

Es bastante habitual que nos propongamos metas que nos obliguen a  superar, previamente, metas más pequeñas. Pero este aspecto no se tiene siempre en cuenta y pretendemos llegar a “10” sin pasar por 1, 2, 3, 4… Este aspecto, que parece tan obvio, puede pasar por alto y hacernos sentir mal.

Además, ¿cuántas veces hemos afrontado una situación que parecía bastante complicada y hemos podido superar? Seguro que bastantes veces. La satisfacción resultante acostumbra a ser el mejor antidepresivo del mercado.

Y, por otra parte, ¿cuántas veces no hemos afrontado situaciones por percibirlas como demasiado difíciles, cuando quizás en realidad eran posibles fuentes de satisfacción una vez superadas? Seguro que más de una vez.

Evitar los retos que nos plantea la vida y no afrontarlos, puede ser la causa de otra sensación muy desagradable, la tristeza, que si se deja demasiado tiempo a nuestro lado puede convertirse en depresión. Pero como afrontar los retos puede provocar ansiedad, tendemos a evitarlos, provocando una rueda de la que puede costar salir si no cambiamos de estrategia.

El cambio de estrategia que proponemos es una planificación diferente de los objetivos que se quieren alcanzar. Cuando una persona se plantea conseguir un objetivo, debería tener en cuenta que el cerebro reacciona positivamente y con motivación, únicamente si ve posible alcanzar el mismo, aunque ello sea difícil.

Por tanto, los objetivos siempre deben ser asequibles. Si no, aparece la ansiedad. Por eso es tan importante que, si queremos conseguir un objetivo representado con el número “10”, dividamos nuestras tareas en 10 pasos; entendiendo que el número “1” es lo primero que se debe conseguir. Es probable que “10” provoque ansiedad, pero que “1” genere motivación, por el hecho de que es más asequible.

También es importante que estos pequeños objetivos sean a corto plazo, ya que si pensamos en términos de futuro, el cerebro guarda la información en el cajón de lo que no es importante ahora y no le hace caso. En el peor de los casos, si ponemos objetivos demasiado lejanos, el cerebro puede reaccionar con estrés debido a que queremos conseguir algo (deseo) pero no estamos haciendo nada para conseguirlo, provocando un conflicto difícil de resolver y que puede provocar síntomas de todo tipo. Por eso es importante, cuando nos propongamos objetivos, que estos sean realizables en un corto espacio de tiempo para que el cerebro los sitúe en nuestro presente y los almacene en el cajón de las cosas importantes. Poner una fecha y un momento concretos para alcanzar nuestro “1” es una buena estrategia.

Otras claves para que el planteamiento de objetivos disminuya la ansiedad son:

- que sean muy concretos. Al cerebro le cuesta crear energía cuando nos planteamos un objetivo difuso y poco preciso. Esto quiere decir que los objetivos tienen que poder convertirse en acciones concretas, ya que si no, no nos acercamos a su consecución y volvemos a generar un conflicto; un deseo que no se materializa. Por lo tanto, tiene que quedar bien claro lo que tenemos que hacer para conseguir “1”.

-que sean personales. Es importante que los objetivos surjan del propio interesado, que los identifique como suyos. Si no es así, puede aparecer el conflicto entre los objetivos que planteen los demás y los personales, haciendo aparecer en la mayoría de los casos síntomas relacionados con la ansiedad.

Estas son algunas de las claves para superar la angustia, el estrés, la ansiedad y hasta la tristeza. Todas ellas emociones naturales que nos avisan de que hay algo que nos supera, que no va como querríamos, o que nos genera conflicto. A través de una buena planificación de objetivos como la que proponemos, es probable que actuemos de un modo más realista y concreto, y que además nos vayamos acercando al objetivo final produciendo la retroalimentación necesaria para incrementar la motivación (recordemos, uno de los mejores antidepresivos del mercado).

Por lo tanto, os animo a concretar vuestros objetivos en 10 pasos que se puedan conseguir con acciones concretas y a corto plazo para incrementar las posibilidades de conseguirlos.

Se os ocurre a vosotros algo más al respecto?.

Buena suerte.

Zen, aquí y ahora

La Flor azul  es un símbolo central del romanticismo. Representa el anhelo, el amor y el afán metafísico por lo infinito. Como símbolo de lo inalcanzable se usa en particular la rosa azul, que hasta el día de hoy no ha podido ser creada.

Más allá de las formas, de los dogmatismos, de las instituciones o de las teorías, el ser humano está buscando un nuevo estado de conciencia (o una antigua conciencia dormida) que le permita liberarse, transformarse, desarrollarse, a partir de la fuente profunda que está en él.
El Zen no es ni un razonamiento ni una teoría. No es un conocimiento comprensible por el intelecto solamente, es una práctica, una experiencia. A la vez objetiva y subjetiva, ya que no separa estos dos puntos de vista complementarios, de la misma manera que no disocia el cuerpo y el espíritu, la fisiología y la psicología, el consciente y el inconsciente, sino que hace una llamada a la totalidad del ser.

En este sentido corresponde a las aspiraciones que actualmente orientan la marcha de la civilización moderna, la cual intenta superar las categorías, las separaciones estrechas, las divisiones en todos los dominios.
"Debemos armonizar los contrarios, remontándonos a su origen. Esta es la actitud Zen, la Vía del Medio: abarcar las contradicciones, hacer su síntesis y realizar el equilibrio", nos decía Taisen Deshimaru.

O como dijo anteriormente Rabindranath Tagore: "En el futuro, los occidentales y los orientales formarán una gran sinfonía espiritual. Espero que venga pronto el día en el que toda la Humanidad se armonizará en una 'comunión universal'."

En la época actual, todas las naciones del mundo deben superar el camino unilateral de una ideología o de un nacionalismo estrecho. Las barreras nacionalistas o raciales deben ser abolidas. Debemos apuntar hacia un objetivo común: el del camino universal. Debemos entendernos y armonizar nuestras concepciones con un espíritu abierto. El espíritu moderno de libertad debe deshacerse de las viejas supersticiones, de las creencias y de las estrecheces formales, con el fin de poder encontrar en el fondo de nosotros mismos el origen de una moral auténtica, personal y universal a la vez, ligada a la conciencia profunda de la vida.

Ser Feliz

Este es un simpático vídeo que nos recuerda lo que nunca deberíamos olvidar: como ser felices.

Que es la felicidad para ti?
Que te hace realmente feliz?
Que sueles hacer para sentirte feliz?

Son tres preguntas simples que se merecen una reflexión profunda.

Buenos días!




El credo de Buda


- No creáis en nada simplemente porque lo diga la tradición, ni siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos.
- No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo crean.
- No creáis en nada porque así lo hayan creído los sabios de otras épocas.
- No creáis en lo que vuestra propia imaginación os propone cayendo en la trampa de pensar que Dios os lo inspira.
- No creáis en lo que dicen las sagradas escrituras, sólo porque ellas lo digan.
- No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano.
- Creed únicamente en lo que vosotros mismos hayáis experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen del discernimiento y a la voz de la conciencia.
Buda.

Contemplación


"Acuérdate de mirar hacia el cielo. Eso expande los límites de la mente y nos recuerda que somos una pequeña parte del inmenso Universo, que está siempre en movimiento.."


"No vemos las cosas tal y como realmente son, las vemos como somos nosotros"
Anais Nin


"Cuando un lugar está en la oscuridad total, una pequeña luz basta para alumbrarlo".


Zen y psicología



La noción de inconsciente cósmico ha dado a la psicología una dimensión que anteriormente no tenía.
El desarrollo de la personalidad ligada a lo universal, trasciende los limites del individuo y del ego en particular. No existe un yo separado de los demás, sino un sí mismo, plenamente sí mismo, diferente y parecido a los otros a la vez. El dinamismo interior tiende hacia la unidad y hacia la superación de las contradicciones, empezando por la noción de vida y de muerte.

La naturaleza de la conciencia es especial y profundamente estudiada en el Zen.

Una imagen ilustra claramente la transformación que se instaura: es la imagen de la puerta que separa simbólicamente el consciente del inconsciente. Esta puerta sólo se abre generalmente hacia el exterior, pero debería llegar a poder abrirse en los dos sentidos, libremente.

El Zen es la vía sin atolladeros. Nos enseña a tomar conciencia de nuestros propios recursos y de la profunda humanidad que está en cada uno de nosotros.