Compasión



¿Que es la compasión? Literalmente según el diccionario de la lengua, es un sentimiento humano que se manifiesta a partir del sufrimiento de otro. Más intensa que la empatía, la compasión describe el entendimiento del estado emocional de otro, y es con frecuencia combinada con un deseo de aliviar o reducir su sufrimiento. En el mundo occidental este sentimiento a veces se ve como ofensivo, no me compadezcas, se responde a menudo. Aristóteles ya anotó que los humanos sienten compasión por los que sufren sin merecerlo.

El budismo ha hecho de este sentimiento su actitud espiritual propia. Todo ser vivo merece esta piedad cuidadosa, esta solidaridad para con los demás. En el cristianismo Pablo de Tarso, afirmaba que la compasión es “reír con los que ríen y llorar con los que lloran”, hay que diferenciar la compasión con sentir pena, según Confucio “la compasión es la preocupación respecto a alguien sintiéndose solidario” y en este caso sentir compasión no requiere sentir pena o que otro este sufriendo y sobre todo no presupone nada o espera algo a cambio, es altruista.

Para el Dalai Lama, tener un corazón compasivo consiste en cultivar sentimientos de empatía o proximidad hacia los demás, debemos reconocer la gravedad de su desdicha. Cuanto más cerca estamos de una persona, más insoportable nos resulta verla sufrir. Cercanía no se refiere a proximidad física, ni emocional, es un sentimiento de responsabilidad y de preocupación por esa persona. Para desarrollar esa cercanía es necesario reflexionar sobre las virtudes que nos aporta el bienestar de los otros. Tenemos que ser capaces de ver la paz mental y la felicidad interna que se deriva de ello, al mismo tiempo reconocer las carencias que provienen del egoísmo y observar como esto nos induce a actuar de un modo poco virtuoso.

Todas las religiones tiene su definición de compasión, pero todas coinciden en que es la preocupación por los demás sin esperar nada a cambio.



Zen y psicosomática



El Zen no es un conocimiento para añadir a otros, y menos aún un objeto de especulación intelectual o de discusión. Es una experiencia personal, la más íntima de todas, algo que nadie puede hacer por nosotros.
Es suficiente practicar zazen, es decir, ponerse en postura, con la columna vertebral derecha, sentado sobre un cojín redondo y espeso, completamente inmóvil, y en un lugar tranquilo y silencioso. Se respira lentamente, profundamente, y se deja que el espíritu agitado se tranquilice así y se aclare. Rápidamente se sentirán los efectos benéficos de esta postura: las preocupaciones cotidianas dejan de inquietarnos, se alejan y por ultimo aparecen como lo que son: pequeñas e insignificantes oleadas en la superficie de nosotros mismos. Poco a poco, la angustia se transforma en seguridad, la inquietud incesante en una calma anteriormente desconocida y primer anuncio de una profunda serenidad. Comienza a manifestarse una sensación de alivio, de equilibrio recuperado.


Esto es lo que sucede realmente y lo que, en efecto han confirmado actualmente doctores de la Universidad de Tokyo, de Europa y de América, los cuales han examinado sobre los practicantes en meditación los efectos fisiológicos del zazen. El control de la respiración modera y apacigua el ritmo del corazón, regulariza la circulación, hace que la tensión nerviosa disminuya. La espiración profunda del zazen expulsa de los pulmones los residuos de gas carbónico que habitualmente se estancan en ellos, produciendo nerviosismo y ansiedad. El grado de ácido láctico de la sangre, factor de la agresividad, baja muy sensiblemente mientras que el hecho de estirar la columna vertebral le hace encontrar su agilidad y libera las contracciones nerviosas.

Por último, y sobre todo, el funcionamiento del cerebro se modifica muy sensiblemente, al pasar de la actividad de las capas superficiales a las capas profundas. Las ondas alfas aparecen rápidamente, lo cual origina un estado de conciencia completamente diferente al de la vida cotidiana, a la vez más relajado y más perspicaz, más sensible y despierto. Pero debemos precisar que no se trata de ninguna manera de un estado anormal o extático, sino por el contrario, una vuelta a las condiciones naturales y normales del funcionamiento fisico-psíquico del ser humano. Las personas que practican regularmente zazen tienen así este sentimiento de volver a tomar posesión de ellos mismos, de volverse a encontrar, mas allá de las crispaciones, de las distorsiones, en la situación original, primitiva, que deberá ser la de todo hombre.




Actitud


"Era como un árbol de pie, como una roca sentada, como el viento en movimiento..." 

El Santuario




"Hay un lugar secreto. Un santuario radiante. Tan real como tu propia casa. Más real que eso. Construido de los elementos más puros. Rebosante de las diez mil cosas bellas. Mundos dentro de mundos. Los bosques, los ríos. Colchas de terciopelo arrojadas sobre plumas, burbujeantes fuentes bajo un manto de estrellas. Bosques bellos, bibliotecas universales. Una bodega con un grado de intoxicación tan dulce que nunca volverás a estar sobrio de nuevo. Una claridad tan completa que nunca más olvidaras. Este magnífico refugio está dentro de ti. Entra. Rompe la oscuridad que envuelve a la puerta... Cree la increíble verdad: que el Amado ha elegido para su morada en el centro de tu propio ser, ya que es el lugar más hermoso de toda la creación".

Mirabai Starr

El viaje interior




¿Estás buscando algo más en la vida? ¿Más paz? ¿Más energía? ¿Más significado? ¿Más alegría? Quizás sencillamente quieres reducir el estrés, curarte de algún mal o controlar mejor tus emociones. La meditación ofrece un antídoto ancestral contra muchas enfermedades de la mente y el espíritu, abre las puertas a la creatividad que muchos tenemos escondida, y es una forma de escapar y descansar de la rutina. Aunque no resolverá los problemas externos de tu vida, te inspirará a encontrar soluciones donde antes no las había, y desarrollará tu resistencia interior, equilibrio, y tranquilidad.

Para hacerte una idea de cómo funciona esta práctica milenaria, imagínate que tu cuerpo y tu mente son una compleja computadora. Usualmente, cuando te encuentras con baches en el camino, tu reacción automática está plagada de estrés, ansiedad e insatisfacción. Sin embargo, tienes el poder de cambiar tu programación. Al dejar a un lado todas las demás actividades, sentarte en silencio, y sintonizarte con el momento presente, poco a poco vas desarrollando toda una nueva serie de respuestas habituales, y te re-programas para experimentar emociones y estados de mente positivos en todo momento. Todas las sensaciones aplastantes a las que estás acostumbrado son reemplazadas por un fuerte sentimiento de armonía y bienestar.

La fórmula es sentarte, permanecer en silencio, y dirijir la atención hacia tu interior. Para ayudarte puedes concentrar la atención en algo sencillo, como una palabra o una frase que te inspire sentimientos positivos, la llama de una vela, una figura geométrica, o incluso el ir y venir de tu respiración. Suena fácil, pero tal vez te den ganas de pararte y salir corriendo cuando lo intentes. En el día a día la mente va a mil por hora, y toma tiempo y una voluntad de acero acostumbrarla a lo contrario.


Pero definitivamente vale la pena apretar los dientes y persistir. Como describe Stephen Bodian en su libro Meditación Para Dummies: "Me gusta pensar en la meditación como escalar una montaña. Uno ha visto fotografías de la cumbre, pero desde la base apenas puede hacerse una idea de ella a través de las nubes. Por tanto, la única forma de llegar hasta ahí es subiendo, paso a paso.” Para mantener la práctica semana tras semana y mes tras mes (la constancia es CLAVE para ver resultados duraderos), necesitarás una enorme motivación, disciplina y compromiso. Con estos ingredientes la práctica nunca se volverá aburrida y monótona, y cada meditación será una experiencia emocionante, llena de nuevos descubrimientos sobre tu mundo interior.



Alguno de sus beneficios son:

*Mejor concentración. 
*Reducción de la tensión, la ansiedad y el estrés.
*Pensamiento más claro y menos confusión emocional. 
*Reducción de la presión sanguínea y del colesterol. 
*Ayuda a superar las adicciones y otras conductas autodestructivas. 
*Aumenta la creatividad, el rendimiento en el trabajo y en los deportes. 
*Aumenta la auto-comprensión y auto-aceptación. 
*Aumenta la alegría, el amor y la espontaneidad. 
*Refuerza la intimidad con los amigos y los miembros de la familia. 
*Proporciona un mayor sentido de significado y propósito. 
*Disminución del ritmo cardíaco durante la meditación silenciosa.
*Aumento de los ritmos alfa (ondas cerebrales lentas y de gran amplitud que se relacionan con la relajación). 
*Respiración más profunda y lenta. 
*Relajación muscular. 
*Reducción de la intensidad del dolor. 
*Aumento de la empatía. 
*Mayor sensibilidad y claridad perceptiva.


Ejercicio de meditación para principiantes:
*Busca un lugar tranquilo y siéntate cómodamente con la espalda recta. 
*Cierra los ojos, respira profundamente unas cuantas veces, y relaja el cuerpo tanto como puedas.
*Excoge una palabra o una frase que tenga especial significado para tí ó que te inspire paz y tranquilidad.
*Empieza a respirar lenta y profundamente por la nariz (al menos que no puedas), y mientras lo haces, repite en tu mente esta palabra o frase una y otra vez, tratando de no pensar en otra cosa.
*Luego de 5 a 10 minutos haciendo esto, abre los ojos lentamente y continúa con tus actividades usuales. 
*Si te distraes, te sientes raro, cambias la frase en medio de la meditación, o tienes cualquier otro “problema”, no te preocupes. Si practicas con frecuencia pronto le agarrarás el truco y los beneficios empezarán a notarse rápidamente.





Lo esencial es Ser



Aunque poseyéramos todo lo que deseamos no estaríamos satisfechos.
Esta es la causa de nuestro mal, sobre todo en el seno de una sociedad orientada al consumismo, que nos lo promete todo, pero que nos priva de lo esencial. Ya que lo esencial no es obtener, sino ser, y cuanto más tenemos, más deseamos, y cuanto más deseamos, menos somos.

Nuestra verdadera riqueza, la que nos pertenece en propiedad y que nadie puede robarnos, esta dentro de nosotros mismos, profundamente escondida y casi siempre mal conocida.

Este fondo de nosotros mismos, estable y apacible, esta riqueza nuestra olvidada, sólo se puede descubrir a través de un método radical y riguroso.

El zazen, la práctica constante y asidua del Zen, es la llave que abre este reino interior.


El Zen y vida cotidiana



En el mundo del Budismo Zen, preguntas tales como: ¿Para qué? o ¿Por qué? carecen totalmente de sentido. La pregunta esencial es: ¿Cómo? ¿Cómo vivir, cómo morir?
De esta actitud se desprende una sabiduría práctica que puede ser aplicada a cada momento de la vida cotidiana: ¿cómo dormir, cómo tomar los alimentos, cómo caminar, cómo conducir el auto, cómo sentarse, cómo respirar, cómo atravesar de manera justa este corto lapso de tiempo que va desde nuestro nacimiento hasta nuestro ataúd? ¿Con qué actitud de espíritu?


La práctica de la meditación en zazen no está en contradicción con nuestra vida diaria y, sobre todo, no es una evasión ante las dificultades que el vivir diario nos presenta. Por el contrario, gracias a la práctica asidua de Zazen, podemos encontrar la lucidez, la calma y la energía necesarias para resolver con soltura y eficacia las situaciones cotidianas.

Zazen no es, de todas maneras, una técnica de bienestar que se pueda usar con fines utilitarios. Más bien, es a través del abandono del egoísmo y de la crispación causada por la conciencia egótica, como podemos sumergirnos, sin miedo, en nuestra existencia y evolucionar en ella como el pez en el agua, naturalmente, inconscientemente.

Los mejores momentos para sentarse en zazen son el amanecer y el anochecer. Estos momentos de transformación de la naturaleza y de nuestros propios ritmos biológicos favorecen la concentración y nos preparan para afrontar abiertamente la jornada por una parte, y para purificar nuestra conciencia y nuestro cuerpo de todas las impresiones sensoriales nocivas que hemos acumulado durante el día, por otra.

Las personas que continúan diariamente esta practica son testimonios de la profunda renovación que han experimentado en sus vidas.



Los beneficios para la salud de la meditación zen




Mejora la coordinación entre las neuronas y altera los circuitos cerebrales, según un estudio español.

Las personas que practican la meditación gozan de mejor salud y bienestar, según un estudio de resonancia magnética cerebral en el que se ha comparado a diez personas de un monasterio budista con otras diez sanas. El estudio, publicado recientemente en la revista científica «Plos One», ha sido realizado por Nicolás Fayed, jefe de servicio de diagnóstico por imagen de Hospital Quirón Zaragoza; Yolanda López del Hoyo, del departamento de sociología y psicología de la Universidad zaragozana, y Javier García-Campayo, de psiquiatría del Hospital Miguel Servet, también de la capital aragonesa.

Los resultados se han obtenido de estudios funcionales de resonancia magnética cerebral, comparando diez meditadores zen de un monasterio budista y otras diez personas sanas, ha informado el Hospital Quirón en un comunicado.

Durante la meditación tienen lugar cambios funcionales (aumento de la plasticidad cerebral), que pueden mejorar la coordinación entre las conexiones de los circuitos cerebrales, y químicos (disminución de la actividad metabólica neuronal y aumento de la inmunidad), que afectan a la estructura psicológica del cerebro.

Los autores han llegado a la conclusión de que la meditación mejora la coordinación entre las neuronas y altera los circuitos cerebrales, lo que puede inducir a cambios permanentes y positivos, influyendo de manera positiva en la salud y el bienestar. Por lo que esta práctica puede ser de gran ayuda en aquellas enfermedades que producen alteración en la atención, depresión, ansiedad, conducta o estrés.

Este estudio ha sido realizado con técnicas de resonancia magnética que permiten medir las sustancias químicas e interconexiones neuronales y, por lo tanto, los cambios cerebrales que se producen en meditadores zen, ha agregado las mismas fuentes.

En el mismo, los doctores compararon los cerebros de diez meditadores de un monasterio budista, quienes contaban con una media de 191 meses y por lo menos una hora diaria de meditación, y otras diez personas sanas que no la practicaban, pertenecientes al equipo del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.





Contra el dolor crónico y la depresión

«Tal y como muestran este y otros estudios de investigación, hay una clara relación entre nuestras neuronas y las emociones», ha señalado Fayed, quien ha dicho que otros trabajos en pacientes con estrés han demostrado cambios cerebrales en tan sólo ocho semanas después de comenzar la meditación.

Mientras que García-Campayo ha comentado que «estos datos confirman las bases biológicas de la eficacia de la meditación en el tratamiento coadyuvante de diferentes enfermedades como dolor crónico o depresión, entre otras».

Para el estudio, se facilitaron cuestionarios de ansiedad, depresión, deterioro cognitivo y atención a los dos grupos de personas, a los que se les realizó una resonancia magnética cerebral con estudios de espectroscopia y de tensor-difusión, que son utilizados para observar la integridad y conectividad de la sustancia blanca o cables que conectan las neuronas. Al comparar ambos grupos, los meditadores mostraron una significativa disminución de la ansiedad y depresión, así como aumento muy importante de la atención con respecto a los controles.

También se observó un aumento significativo de la conectividad o plasticidad cerebral a nivel de las fibras de la sustancia blanca, que conectan las estructuras profundas como el tálamo con la corteza parietal superior izquierda (parte del celebro que controla la consciencia de uno mismo).

Fuente: abc.es




Yoga para principiantes

Desde Zaragoza Zen queremos recomendarte un vídeo muy bueno, el cual nos explica algunos conceptos básicos del yoga, así como una serie de ejercicios que puedes realizar desde tu hogar, en el momento en que tengas un poco de tiempo. 



Que es el Yoga




Etimológicamente Yoga significa unión, ya que la meta del Yoga es la unión de la conciencia con el principio Absoluto. El yoga es una ciencia empírica que purifica nuestro cuerpo y nuestra mente, liberándonos de todas las perturbaciones, una ciencia en donde ciertas personas han tratado de sondear los misterios de la mente, del intelecto, de las emociones, del sufrimiento y de la vida. 


Yoga ha nacido no de la especulación, sino de miles de años de experiencias que han sido replicadas por muchos yoguis a lo largo de la historia. El Yoga posee sus propios métodos y fundamentos que hacen que sea un amplio y completo sistema de desarrollo interior.


Trabaja el cuerpo físico, las glándulas endocrinas, los órganos internos a la vez que busca conectar la mente inconsciente con la consciente y nos permite observar nuestros patrones mentales. La finalidad de esta disciplina es ayudarnos a mantenernos sanos, encontrar la felicidad tanto a nivel físico como a nivel mental y espiritual y que nos podamos sentir realizados.


Cualquier persona puede aproximarse al Yoga, ya que posee un tipo especial de técnica para cada tipo de personalidad y temperamento. El yoga puede llegar a despertar en nosotros luminosos sentimientos y felicidad, los cuales fortalecen nuestras relaciones. Así como el viento aleja las nubes que tapan el sol, el yoga remueve gradualmente los dolores físicos y emociones indeseables, pues, al revelar el conocimiento interior, incrementa nuestro aprecio por la vida. El yoga nos enseña a controlar nuestros sentidos y nuestra mente impaciente, y a ponernos en armonía con las Leyes Universales, dirigiendo así nuestras energías de la mejor manera.


Tal como un instrumento musical emite sonidos muy agradables al ser tocado por un profesional, nuestro cuerpo, mente e inteligencia, dirigidos perfectamente, nos traen mucha felicidad, en vez de ansiedades, frustración y depresión.
La disciplina yógica nos enseña también a ver a los demás (amigos o enemigos) con los ojos del amor.




Una clase de yoga es una sucesión de ejercicios. Para realizar uno, adoptamos una postura. A veces a esta postura le incorporamos movimiento. Regulamos la respiración y ponemos la atención de los ojos en un punto determinado. Y entramos en un estado meditativo, de introspección. A veces incluso repetimos un mantra o hacemos un gesto con las manos. Después de un ejercicio hay una corta relajación y seguidamente se pasa al siguiente. 



El yoga beneficia a todo ser humano, no importa sea niño o persona mayor. Hombre o mujer. No importan las creencias personales.
Con el yoga estiramos nuestro cuerpo y, cuando más tenso y rígido está uno, es cuando más conviene. Rejuvenece nuestras células al aportarnos más oxigeno. También rejuvenece nuestro cerebro haciendo que su rendimiento sea más alto. Reduce el estrés al mantener los niveles de cortisol a raya. Nos calma y nos serena, permitiéndonos descansar. Nos da energía y vitalidad. Y nos acerca a nuestro ser interno, descubriendo quienes somos, qué queremos y dónde están nuestas limitaciones. Además, ¡segregamos endorfinas! que nos dan una gran sensación de bienestar. Pero de poco sirve hablar de los beneficios del yoga. A la consciencia no le sirven las palabras, quiere una experiencia. Descubre por ti mismo qué se siente al practicar yoga.


Principios universales del Zen


La Vida es fundamentalmente perfecta. Está por todas partes, independientemente de lo que  hagan y comprendan los seres humanos. El Orden Cósmico es libre y en él no hay noción de obstáculo.¿Qué sentido tiene pues el esfuerzo concentrado de los seres humanos?

En verdad, el Cuerpo Universal está más allá de la suciedad del mundo humano.¿Quién podría creer que necesita ser limpiado? La Vida Cósmica nunca es distinta de nada ni de nadie, siempre es exactamente lo que es, siempre está allí donde está.¿De qué sirve ir de acá para allá buscándola?

Sin embargo, si en tu mente aparece la menor  separación, por estrecha que sea,  la Vía se te aleja como el 
Cielo de la Tierra. Si manifiestas la menor preferencia o antipatía, tu espíritu se pierde en la confusión.




Cuídate de no ser como aquellos que, después de haber entrevisto apenas la sabiduría que penetra todas las cosas, que unifica la Vía y clarifica el espíritu,  se jactan de comprender la totalidad y se hacen ilusiones sobre su propio despertar, haciendo nacer en ellos el deseo de escalar el mismo Cielo. Aunque estas personas han comenzado la exploración inicial y limitada de las zonas fronterizas de la conciencia, son aún insuficientes en la Vía de la Emancipación Absoluta.

¿Necesitas que te hable del Buda Shakyamuni? Aún se siente la influencia de los seis años que vivió meditando totalmente inmóvil en la postura sedente del loto.¿Quieres que te hable de Bodhidharma? El linaje de la Transmisión ha conservado hasta nuestros días el recuerdo de sus nueve años de meditación delante de un muro. Así eran los hombres santos del pasado. ¿Cómo podemos los seres humanos de hoy día dejar de seguir la Vía?

Abandona pues la comprensión intelectual. Deja de correr detrás de las palabras y de seguirlas al pie de la letra. Lo que necesitas es aprender a dirigir tu luz hacia tu interior para iluminar tu verdadera naturaleza. Tu cuerpo y tu mente desaparecerán por ellos mismos y tu rostro original aparecerá. Si quieres llegar a ser tú mismo sólo hay un camino: ser tú mismo sin más tardar.




Para hacer zazen conviene un espacio silencioso. Come y bebe sobriamente. Despréndete de cualquier compromiso y abandona toda preocupación. No pienses: ‘Esto está bien, esto está mal’.No tomes partido ni por ni contra. Detén todo movimiento de tu mente consciente. Nos juzgues los pensamientos que aparecen. No cultives expectativas. No tengas ningún deseo de llegar a ser Buda. El verdadero zazen no tiene nada que ver con la posición sedente ni con la posición acostada.
Extiende una alfombra espesa en el lugar en el que tengas la costumbre de sentarte. Pon encima un cojín. Siéntate en la postura de loto o bien en la de medio loto.

En la postura de loto pon primero tu pie derecho sobre tu muslo izquierdo, y tu pie izquierdo sobre tu muslo derecho. En la postura de medio loto basta con que pongas tu pie izquierdo sobre tu muslo derecho.
Afloja tu ropa y tu cinturón. Ordénalos convenientemente. Pon entonces tu mano derecha sobre tu pierna izquierda, con la palma hacia arriba, y tu mano izquierda sobre tu mano derecha. Las puntas de los dedos pulgares se tocan. Siéntate bien derecho en la actitud corporal correcta. No te inclines a la izquierda, ni a la derecha, ni hacia adelante ni hacia atrás. Asegúrate de que tus orejas están en el mismo plano vertical que tus hombros y que tu nariz se encuentra en la misma línea vertical que tu ombligo. Sitúa la lengua contra el paladar. Cierra la boca. Haz que la mandíbula superior permanezca en contacto con la inferior. Los ojos permanecen siempre abiertos. Respira suavemente por la nariz. Una vez que hayas tomado la postura, respira profundamente una vez. Inspira y espira. Inclina tu cuerpo de derecha a izquierda e inmovilízate en una posición sedente estable.



Piensa en no pensar. ¿Cómo se piensa en no pensar? No pensando. Este es el arte esencial de zazen.

El zazen del que yo hablo no es una técnica de meditación. Es la Puerta de la Paz y de la Felicidad. Es el Despertar Perfecto. Zazen es la manifestación de la Realidad Ultima. Las trampas y las redes del intelecto no pueden atraparlo.
Una vez que hayas comprendido su esencia serás como un tigre cuando entra en la selva y como un dragón cuando se sumerge en lo más profundo del océano.



Tienes que saber que cuando practicas zazen la verdadera Vía se manifiesta, si apartas desde el comienzo la somnolencia y la distracción.
Cuando te levantes, muévete suavemente y sin prisas, tranquilamente, deliberadamente. No te levantes súbita ni bruscamente.

Cuando se lanza una mirada al pasado, uno se da cuenta de que trascender la iluminación y la no-iluminación, que morir sentado o de pie, ha dependido siempre del vigor del zazen.
Por otra parte, el hecho de que la apertura a la iluminación de algunos buscadores del pasado fuera provocada por un chasquido de dedo, por una bandera, por una aguja, por un mazo, por un cazamoscas, por un puñetazo, por un bastonazo o por un grito, no puede ser comprendido enteramente por el pensamiento dualista de los seres humanos, y menos aún por la práctica de poderes sobrenaturales.
La experiencia de la iluminación está más allá de lo que los seres humanos ven y oyen, ya que se trata de un estado anterior a los conocimientos y a las percepciones.
Dicho esto, poco importa que seas inteligente o no. En la Vía no hay diferencia entre el tonto y el avispado. Concentrar el esfuerzo con un espíritu unificado es, en sí, seguir la Vía. 
La práctica-iluminación es pura por naturaleza. Avanzar es una cuestión de asiduidad.

En general, tanto en nuestro país como en India y en China, se respeta el Sello del Buddha. La particularidad de la Vía del Zen sigue prevaleciendo: devoción por la meditación sedente, solamente sentarse inmóvil con un compromiso total. 
Aunque se dice que hay tantos mundos como seres humanos, todos siguen la Vía de la misma manera: practicando zazen.


¿Por qué abandonar el lugar que te está reservado en la casa de tu padre para errar por las tierras polvorientas de otros reinos? Un solo paso en falso y te alejas de la Vía que está justo bajo tus pies.
Has tenido la suerte única de nacer con forma humana. No pierdas tu tiempo. Aporta tu contribución a la obra esencial de la Vía del Buda.¿Cómo puedes preferir los placeres de este mundo, tan efímeros como la chispa surgida del sílex? 
La esencia y los fenómenos son como el rocío sobre la hierba, el destino es parecido a un relámpago (en un instante desaparecen).
Honorable discípulo del Zen, aunque llevas mucho tiempo intentando tantear al elefante en la oscuridad, te ruego que no temas al verdadero dragón.
Consagra tu energía a la Vía que indica lo Absoluto sin rodeos. Respeta al hombre iluminado que se sitúa más allá de las acciones de los seres humanos. Armonízate con la iluminación de los Buddhas. Sé un digno sucesor de la dinastía legítima de los Patriarcas. Actúa siempre así y serás como ellos.
La cámara del tesoro se te abrirá de par en par y podrás utilizarlo como mejor te plazca.
Escrito en Koshoji, 
por Dôgen Zenji 
el 13 febrero de 1224

Mandalas


El significado de la palabra mandala proviene del sánscrito, y significa "círculo sagrado" o "círculo mágico" y
son diagramas o representaciones esquemáticas y simbólicas del macrocosmos y el microcosmos, utilizados en el budismo y el hinduismo. Estructuralmente, el espacio sagrado (el centro del universo y soporte de concentración), es generalmente representado como un círculo inscrito dentro de una forma cuadrangular. En la práctica, los iantra hindúes son lineales, mientras que los mándalas budistas son bastante figurativos. A partir de los ejes cardinales se suelen sectorizar las partes o regiones internas del círculo-mándala.

Mandala tibetano

En sus orígenes el mandala fue creado y utilizado por las religiones de India y Tibet para lograr un equilibrio entre cuerpo y mente. También estas figuras aparecen en otras culturas y lo hacen siempre con el denominador común de ubicar en su centro una figura que representa al máximo exponente religioso y profano (Shiva abrazando a Shakti), Buda... etc. También en el mandala medieval cristiano la divinidad aparece en el centro, a menudo ésta es la imagen de Cristo triunfante rodeado por las cuatro figuras simbólicas de los evangelistas.

Monjes tibetanos elaborando minuciosamente un Mandala 

El Mandala representa lo efímero, construidos laboriosamente con arena coloreada, una vez concluido este, se destruye

Otras culturas que participaron de esta necesidad de utilizar el círculo como símbolo mágico, fueron Egipto (en las pirámides se encontraron estos círculos), en México, Grecia, China, Japón, América,... También aparece el mandala en planos de las plantas de catedrales o en sus vidrieras. Los mandalas tibetanos son coloreados con polvo de piedras semi-preciosas para mostrar lo efímero que es todo en la vida. El proceso de creación está relacionado con el momento del nacimiento y por eso se comienza por el centro, luego tiene lugar una ceremonia, pudiendo participar en ella todas las personas que quieran beneficiarse y beneficiar al mundo. Al término de la ceremonia, el mandala, o sea la arena, se cierra o junta de afuera hacia adentro, representando la muerte. La mitad de la arena se reparte entre los presentes, y el resto se esparce en un río o mar para que llegue a todas partes, el motivo de este ritual es lograr bendiciones para el planeta y sus seres.

Vidriera de la catedral de Burgos

Vidriera de la catedral de Chartes, Francia

Según afirma el budismo, los mandalas cumplen diferentes finalidades como la compasión, la sabiduría  la fuerza, la longevidad,... Su finalidad se identifica por el color de la arena de base. Todas las finalidades tienen en general significados externos, internos y secretos. En el aspecto exterior, los mandalas representan al mundo en su forma divina; en el interior, el mandala representa un mapa mediante el cual la mente ordinaria puede transformarse en la experiencia de la iluminación. Finalmente, en el aspecto secreto, los mandalas muestran el perfecto balance primordial de las energías sutiles del cuerpo y la dimensión de la luz de la mente. Por lo tanto, la creación de un mandala, desde el propio diseño, purifica los tres aspectos dichos.


Es conocido el efecto terapéutico que tiene cualquier tipo de arte, pero en el caso de la elaboración de mandalas, dicho efecto es doble ya que se produce no solo por el hecho de crear formas originales y personales y de trabajar con los colores, lo cual es muy gratificante, sino también por su valor intrínseco, es decir por la información que obtenemos ya que nos involucra por completo en un proceso de transformación espiritual.

Jung resaltó la importancia del centro del mandala oriental, y llegó a la conclusión de que cada paciente que dibujaba un mandala, también dibujaba un centro psíquico de la personalidad.

Este círculo de sanación muestra nuestras emociones internas, dándonos una pauta de nuestras necesidades, a las que a veces, a la sombra de nuestras actividades diarias, no podemos acceder fácilmente El mandala facilita la meditación. La realización de este círculo sagrado se ha utilizado como símbolo de sanación.

Carl Jung

La creación de un mandala  nos acerca a nuestra esencia, a nuestra alma y a la posibilidad de maravillarnos en su creación, preguntándonos ¿de dónde surgen determinadas formas si no fueron premeditadas? o ¿porqué esos colores?,... etc. Cada persona es única y, más aún, cada mandala dibujado y pintado por la misma persona es único como único es cada momento de nuestra vida. Es más interesante desde el punto de vista del crecimiento personal que el mandala sea realizado en su totalidad por la misma persona, desde el dibujo, utilizando compás y regla, partiendo de figuras simples... El inconsciente se ocupa de dar forma, dividir una figura cortándola en trozos y agregando los elementos que se ocurran.


Primer mandala dibujado por Jung

No se trata de saber dibujar o pintar, ni de realizar una obra de arte; el mandala siempre cumple su objetivo si su autor, al elaborarlo, logra expresar todo aquello que no puede expresar con palabras ni pensamientos. Esta elaboración induce un movimiento en la psique, acompañado de un despertar en nuestro interior. Lo importante son los efectos terapéuticos que se producen en nosotros al realizar el mandala. Dibujar mandalas y vivirlos ritualmente despierta automáticamente nuestro ser interno, liberándonos del sufrimiento al transformarlo en compasión hacia este "niño interno" que sufre, y que es llamado en analisis transaccional la parte mas frágil de nuestra persona. El mandala y su relacion con el inconsciente permite la sanacion y armonizar nuestro interior desde una comprension de nosotros mismos.


"The Egg", dibujado por Carl G. Jung en su "Libro Rojo"

Carl G. Jung utilizó los mandalas como elementos terapéuticos con sus pacientes por su poder de integración personal. Tanto Jung como M.L. Von Franz explicaron el círculo como un símbolo del "yo", pues expresa la psique en todos sus aspectos. Jung señaló que un verdadero símbolo aparece cuando hay necesidad de expresar aquello que solo se adivina o se siente y que no somos capaces de manifestar en forma de pensamiento. J. Hillman, psicólogo norteamaericano y analista jungiano que desarrolló la psicología arquetípica, dijo "al fin y al cabo, si el mandala espontáneo sana, lo hace porque obliga a reconocer los límites de la conciencia, a aceptar que mi mente, mi corazón y mi voluntad giran sólo en un círculo y, sin embargo, ese mismo círculo es mi porción de necesidad eterna".

Es muy probable que esta universalidad de las figuras mandálicas se deba al hecho de que las formas concéntricas sugieren una idea de perfección (de equidistancia con respecto a un centro) y de que el perímetro del círculo evoque el eterno retorno de los ciclos de la naturaleza (tal como en la tradición helenística lo proponía, por ejemplo, el uróboros, la serpiente alquímica que simboliza la vida eterna).

El proceso que se produce en la realización de este círculo, permite una armonía interior, facilitando la meditación y, por consiguiente, la sanación del ser. Actualmente esta técnica es aplicada en muchos países y se ha convertido en uno de los elementos más eficaces de las terapias alternativas. Las imágenes del mandala surgen apoyándose en nuestra experiencia adquirida en la vida, a veces olvidada, de ahí la importancia de no pintar mandalas hechos por otra persona, pues solo así podremos aprovechar todo el contenido que hay en nosotros y sacarlo a la luz.


Calendario Maya

La realización de un mandala desde el punto de vista Jungiano es una experiencia personal basada en un proceso inconsciente, pues dentro del círculo se plasma nuestra situación interna que es desconocida para nosotros, pero de vital importancia para nuestra evolución. Realizar mandalas nos ayuda a vernos, comprendernos y manifestarnos por medio de formas y colores. En este proceso se produce un movimiento en nuestra psique asociado a la representación de imágenes relacionadas con sueños y problemas, obteniendo la información necesaria para una mayor comprensión de nosotros mismos.



El encanto de la vida simple




Cada vez  y con mayor asiduidad olvidamos las cosas sencillas, se olvidan y quedan relegadas a la espera de “tener tiempo” para ellas.  La vida se convierte en ese momento en una vorágine de estrés, trabajo (quien lo tenga) y circunstancias...

Os propongo (y me propongo) cultivar el arte de disfrutar de las cosas sencillas. Así de pronto se me ocurren (aunque hay infinitamente más): cocinar con tiempo y cariño, preparar la merienda de nuestros hijos, cultivar unas plantas y flores en el balcón o el jardín, sentarse a leer un libro en nuestro sillón favorito o en el rincón de la casa que más nos guste, dar un paseo en buena compañía, incluso disfrutar de un buen disco o buena película sin más. 

Me he propuesto y os propongo a todos, que cada día tengamos una iniciativa del encanto de la vida, una idea a tener en cuenta o una actividad que llevar a la practica si lo preferís y al final de cada mes, si es posible, encontrar treinta objetivos cumplidos que demuestren que vivir y disfrutar es un arte y un don al alcance de cualquiera de nosotros, simple y sencillo.

Me gustaría citar dos párrafos que vienen a mi memoria muy oportunamente, el primero de Robert Louis Stevenson, y el segundo de Scott Shaw:

 “No hay ningún deber que mas infravaloremos como el deber de ser felices.  Al ser felices sembraremos el  mundo de frutos anónimos”

“Si apartas de tu vida los deseos competitivos y vives, simplemente, en tu propia paz y perfección, serás dueño de tu propio tiempo, y las cosas sencillas te llenaran de felicidad”

No me cabe duda de que con las cosas sencillas de nuestra vida es posible descubrir la certeza interior de una vida plena y dichosa.

¿Se os ocurre alguna cosa al respecto?.

Que es el ZaZen


Zazen es la forma japonesa de la expresión china 坐禅 que significa "meditar sentado".
La palabra Zen proviene del sánscrito "dhyana" (atención plena al momento presente), que pasó a China, convirtiéndose en "Chan", y luego en Corea se transliteró fonéticamente en "Son", llegando finalmente a Japón, donde su transliteración es la actual palabra Zen.

El zazen es una práctica del cuerpo y el espíritu que despierta nuestra fuerza vital, equilibra nuestras funciones cerebrales y sistema nervioso, al tiempo que armoniza al hombre con la naturaleza.

La esencia de la meditación zazen está en llevar al practicante a vivir en el momento presente, el “aquí y ahora”. Algo sumamente difícil en una sociedad como la nuestra en la que las personas viven embargadas por el miedo y la ansiedad ante el futuro, proyectando continuamente sus deseos de obtener más dinero, más amor, más belleza, más salud, más placer, más de todo. Y sin darse cuenta de que así sólo consiguen el efecto contrario: acumular estrés y perder su fuerza vital.

En un mundo como el nuestro, la meditación zazen, cuyos efectos más inmediatos son la quietud y el silencio interior, parece sacada de un cuento de ciencia-ficción y sin embargo precisamente porque estamos perdidos en una sociedad de vértigo consumista, la paz interna se antoja cada vez más necesaria para la salud de cuerpo y mente.

La postura

Nacida hace veinticinco siglos en el seno del budismo mahayana, este tipo de meditación no es una doctrina ni una filosofía. No consiste en una teoría, ni en un conocimiento intelectual, sino en la práctica de la postura en la que el Buda Sakya-muni alcanzó el despertar o iluminación (satori).

Buda no pretendía crear una nueva religión, si no hallar la forma en que el ser humano se liberara del sufrimiento y del dolor. Y, en su búsqueda, lo que encontró fue una posición, un modo de concentración y de respiración que llevan al vacío interior equilibrando cuerpo y espíritu. Por eso se dice del zazen que es una especie de medicina para las enfermedades de la naturaleza humana.

La palabra zazen significa por una parte “comprender la esencia del universo” (zen) y por otra, “sentarse sin moverse, como una montaña” (za).

Sentados en una esterilla o almohadón que sirva a nuestro propósito  se cruzan las piernas en la posición de loto o de medio loto. Si ello no es posible, y se cruzan las piernas simplemente sin colocar el pie en el muslo opuesto, aun así es esencial que las rodillas empujen el piso. La columna vertebral bien derecha, el mentón entrado y la nuca estirada, la nariz en la misma línea vertical que el ombligo, se empuja la tierra con las rodillas y el cielo con la cabeza.


Se pone la mano izquierda en la mano derecha, las palmas hacia el cielo, los pulgares se tocan, formando una línea derecha. Las manos descansan en los pies, los cantos en contacto con el abdomen. Los hombros están relajados. La punta de la lengua toca el paladar. La vista está puesta aproximadamente a un metro de distancia en el suelo sin mirar nada en particular. Para empezar una sesión normal no suele durar más de una hora.



La respiración

La respiración es importante. Ha de ser tranquila y lenta, al tiempo que potente y natural. La inspiración ha de ser corta y normal, mientras que la espiración ha de ser larga y profunda. El practicante ha de tratar simplemente de ser consciente de su respiración sin forzarla ni pensar en ella. La postura en el zazen implica esfuerzo y dolor, sobre todo al principio, pero si se realiza de forma correcta la energía circula por todo el cuerpo incluidos determinados órganos que, a menudo y sin que seamos conscientes, permanecen bloqueados.

Tiene además incontables beneficios fisiológicos ya que las funciones cardíaca y respiratoria se regularizan gracias a la respiración y las ondas cerebrales entran en un ritmo alfa lento y zeta que reduce el estrés completamente. No menos importante es que con la práctica del zazen el estudiante acaba hallando el equilibrio de sus funciones cerebrales y la intuición y la creatividad se manifiestan libremente.

Por último al respirar de forma lenta y profunda los pensamientos confusos y personales desaparecen de la mente como las nubes desaparecen en un cielo claro. Es entonces cuando hay espacio y oportunidad para que surja el silencio interior y el espíritu se manifieste o, lo que es igual, para que la persona pueda regresar a su naturaleza original más allá de los deseos y apegos personales que le hacen sufrir y que por el sólo hecho de existir ha generado.

Cuando la postura y la respiración son correctas el practicante alcanza a atisbar en su interior la unidad con la conciencia cósmica. Se produce así una revolución interna que es difícil si no imposible describir con palabras pero que es palpable en todos los aspectos de la vida cotidiana. Ésta se vuelve más apacible y plena, la persona logra vivir el momento presente sin preocuparse por el pasado o el futuro, sin ansiedad ni miedo, sencillamente dejándose guiar por la infinita sabiduría del universo.




La actitud del espíritu

Sentados en zazen, dejamos que las imágenes, los pensamientos, las construcciones mentales, que surgen del inconsciente, pasen como nubes por el cielo - sin oponerse ni agarrarse a ellos. Como los reflejos en un espejo, las emanaciones del subconsciente pasan y pasan otra vez y terminan por desvanecerse. Y llegamos al inconsciente profundo, sin pensamiento, más allá de todos los pensamientos (hishiryo), verdadera pureza.

Esa actitud de espíritu surge naturalmente de una concentración profunda en la postura y la respiración, y permite así controlar la actividad mental, resultando una mejora en la circulación cerebral.

En efecto el cortex (sede del pensamiento consciente) descansa durante zazen, mientras que la sangre fluye hacia las capas más profundas del cerebro, las cuales se despiertan de un estado de somnolencia, ya que están mejor irrigadas. Su actividad da la impresión de bienestar, serenidad, calma, liberando totalmente despierto, las ondas cerebrales del sueño profundo 'alpha' y 'theta' (consulta si puedes con respeto a ese tema las investigaciones hechas en la universidad de Komazawa en Japón)

El zen es muy simple, y al mismo tiempo bastante difícil de comprender.
Es cuestión de esfuerzo y de repetición, como la vida.
Simplemente sentado, sin objeto ni espíritu de provecho, si su postura, su respiración y la actitud de su espíritu están en armonía, entienden el verdadero zen.



Que es el Tai Chi


El Tai Chi es un ejercicio de bajo impacto que nació en China hace miles de años y es considerado un arte marcial. El Tai Chi es una excelente alternativa si buscas un ejercicio suave que te pueda traer beneficios para la salud de tu mente y de tu cuerpo.

Si no te gusta hacer ejercicio porque odias sudar a mares, te duele mucho saltar durante una sesión de aeróbicos, eres un adulto mayor o tienes alguna lesión en las articulaciones que te impiden hacer otros ejercicios, el Tai Chi puede ser una buena opción de ejercicio.

La práctica del Tai Chi se originó en la China antigua y hoy en día, tiene muchos adeptos. Tal como el Pilates o el Yoga, el Tai Chi es un ejercicio que trae beneficios tanto para la mente, como para el cuerpo. Se conoce como “meditación en movimiento” y es ideal para reducir el estrés y por supuesto, otros problemas de salud que vienen con este, como la presión arterial alta y otras condiciones del corazón. Además, se dice que el Tai Chi es una excelente forma de tratamiento para la fibromialgia.

El Tai Chi parece un baile. Consiste en hacer diferentes movimientos y posturas lentamente, con fluidez, para asegurar que el cuerpo esté en continuo movimiento; siempre respirando profundamente. Existen diferentes tipos de Tai Chi, que sumados alcanzan hasta 100 diferentes tipos de movimiento. Es un ejercicio de bajo impacto, aeróbico y relajante.

¿Cuáles son los beneficios del Tai Chi para la salud?


Entre los muchos beneficios que trae este ejercicio, considerado una medicina alternativa, se cuentan:
Reduce la presión arterial alta
Aumenta el equilibrio, la flexibilidad y fortalece los músculos
Reduce la depresión y la ansiedad
Evita las caídas en adultos mayores
Fortalece la salud cardiovascular
Ayuda a dormir mejor
Alivia el dolor crónico
Incrementa la agilidad y la energía
Da una sensación de bienestar y de armonía general
Estimula el buen funcionamiento del sistema inmunológico

A pesar de ser una medicina alternativa, existen estudios de la medicina tradicional que avalan la efectividad del Tai Chi en el tratamiento de distintas condiciones. Toma nota:

Médicos del Tufts Medical Center en Boston reportaron en agosto de este año en el New England Journal of Medicine que el Tai Chi reduce el dolor y la fatiga en los pacientes con fibromialgia. Además, mejoró la movilidad y el sueño en personas que hicieron Tai Chi durante 12 semanas consecutivas.

Varios estudios han documentado un gran beneficio del Tai Chi para mejorar el equilibrio y para reducir el riesgo de las caídas en adultos mayores (80 a 90 años).

Otro beneficio documentado es que el Tai Chi fortalece el sistema inmunológico: un estudio realizado en el 2007 gracias al apoyo delComplementary and Alternative Medicine Center (Centro de Medicina Alternativa y Complementaria) concluyó que las personas que practican Tai Chi responden mejor a la vacuna de la varicela, la cual previene el herpes y la culebrilla.

Los médicos han comprobado que los movimientos pausados combinados con la respiración profunda, realmente contribuyen a la relajación y por lo tanto, reducen el estrés. Además, en el 2008, de 26 estudios acerca de la incidencia del Tai Chi en la reducción de la presión arterial, 22 dieron resultados positivos.

Si quieres comenzar a hacer Tai Chi, consulta con tu médico. Si bien es recomendable para personas de cualquier edad, sí debes tener cierta precaución si estás embarazada, si tienes algún problema en las articulaciones o si sufres de osteoporosis severa.

Cuando el médico te de el visto bueno, lánzate a la aventura de explorar este ejercicio que te beneficia en todos sentidos: tu mente y tu cuerpo se sentirán como nuevos.

Zaragoza Zen comienza su andadura


Zaragoza Zen es una iniciativa popular, cuyo objetivo es formar un grupo de gente amiga del Zen y de otras disciplinas orientales (Yoga, Tai Chi, Zazen, etc.) para, siempre que sea posible, reunirse, compartir conocimientos, experiencias y sobre todo actividades al aire libre.
No te preocupes si no tienes grandes conocimientos sobre estos temas, muchos solo somos simples aficcionados que disfrutamos aprendiendo, solo con que te guste y disfrutes de ello es más que suficiente.

La participación es voluntaria, gratuita y no entraña compromiso alguno.

También contamos con un Foro en el que iremos colgando cosillas y en el que desde el primer momento te animamos a participar, ya que ha sido creado con la idea de que sea un espacio donde compartir pensamientos de lo humano, de lo profano, de lo espiritual, de lo terrenal, de lo frívolo y de lo serio. Es un lugar donde exponer y reflexionar sobre lo que cada uno alberga en su interior. Todas las opiniones son válidas pues todas son pensamientos en acción y sin tu colaboración, esta iniciativa no sería posible.


Que éste sea vuestro rincón donde pensar, expresar, preguntar, responder, en definitiva, Ser.

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